Manuel Vargas admite que no sabe con certeza cómo afectan estos cambios en la temperatura del mar y en su salinidad en los seres vivos: "Lo que está claro es que unas décimas o un grado de temperatura superior a lo habitual afecta a la circulación de las corrientes marinas y esta modificación también podría tener sus consecuencias en los seres vivos, pero todavía no hay estudios lo suficientemente extensos y detallados como para asegurarlo".

El físico dependiente del Instituto Español de Oceanografía se refiere al caso de las medusas, que en los últimos años han proliferado en el litoral balear, y afirma que "sabemos que ha habido reproducciones periódicas de medusas en el Mediterráneo. Lo que no sabemos es si los actuales enjambres que llegan a la costa son mayores que los que teníamos antes o si son producto de periódicos regímenes de vientos que acercan al litoral especies que tienen su hábitat en mar abierto. Y por una simple y llana razón: anteriormente no se estudiaban estos fenómenos ni las causas que los producían".