"Un millón de dólares es el coste de evacuar a la población residente a lo largo de una milla (1,6 kilómetros) de costa ante la amenaza de un huracán, llegue o no este huracán a golpear la zona", manifestó esta semana en Palma Craig H. Bishop, científico del Laboratorio de Investigación Naval (Naval Research Laboratory) de la Marina estadounidense, que destacó la importancia que tiene para la sociedad desarrollar sistemas de predicción meteorológica fiables. Bishop fue invitado esta semana por la Universitat de les Illes Balears, donde habló a alumnos y profesores sobre el método de predicción por conjuntos o ´Ensemble Forecasting System´.
El investigador, especializado en la determinación de la exactitud de las predicciones meteorológicas, explicó: "En el pasado se hacía una predicción del tiempo, pero no se decía qué grado de precisión tenía. Yo me dedico a presentar un pronóstico y a establecer su nivel de exactitud".
En este sentido, indicó que para realizar una predicción meteorológica lo primero que se debe hacer es estimar cuál es el estado de la atmósfera en el momento presente. "Luego, serán las leyes del movimiento de la atmósfera las que determinarán cómo evolucionará", detalló Bishop, quien recalcó que toda predicción a corto plazo es muy sensible a las "condiciones iniciales". "Si las modificas un poquito, obtienes una predicción muy diferente" dijo. El problema es que nunca se tienen todos los datos para conocer cuál es el estado exacto de la atmósfera en un momento dado, por lo que se producen errores.
El método de predicción por conjuntos tiene en cuenta la existencia de fuentes de error y, en lugar de efectuar una previsión a partir de una única situación inicial, realiza cincuenta predicciones a partir de cincuenta condiciones de partida, todas ligeramente diferentes. De la información resultante de todas ellas se extrae una predicción probabilística, que tiene una mayor fiabilidad y resulta más útil para la sociedad, porque se pueden tomar decisiones de manera más segura. De este modo, no es lo mismo anunciar a la población de una región que el fin de semana lloverá que avanzar que existe un treinta o un ochenta por ciento de probabilidades de que se produzcan precipitaciones.
En este sentido, Bishop explicó que en Estados Unidos el sector turístico, ante la llegada de un puente vacacional, depende enormemente de la predicción del tiempo. Si es bueno y los destinos esperan a un buen número de viajeros, los precios suben y un anuncio de mal tiempo que resulta ser equivocado irrita enormemente a los empresarios de la zona afectada, que pierden dinero.
Este, sin embargo, no es el único ejemplo de la importancia de disponer de información fiable. "En el sudeste de Estados Unidos, debido al calor, se hace un gran uso del aire acondicionado, que consume una enorme cantidad de electricidad", dijo Bishop. Cuando la temperatura alcanza los 35 o 40 grados es difícil generar suficiente energía para alimentar todos estos dispositivos y se registran apagones. Si se produjera un aviso previo sobre las posibilidades existentes de que las temperaturas alcancen niveles de alarma, las empresas generadoras podrían planificar con antelación medidas de generación de energía adicional. El investigador recordó que el calor es el fenómeno meteorológico que más muertes causa en Estados Unidos -sobre todo entre pobres y enfermos- superando a huracanes y tornados. Un pronóstico preciso permitiría a las administraciones tomar medidas que podrían evitar estas bajas.
En el campo militar, Bishop recuerda que el Ejército gestiona puertos y aeropuertos, por lo que necesita buena información meteorológica. Un estudio del U.S. Weather Research Program indica que desplazar la flota de la Marina amarrada en Norfolk, Virginia, para apartarla del recorrido de un huracán cuesta 17 millones de dólares, cantidad que resultaría absurdamente gastada si la predicción del trazado fuera equivocada. Además se utilizan radares, que dependen de la situación de la atmósfera.
En el sector doméstico, una predicción afinada de que el fin de semana será caluroso sencillamente podría servir a los supermercados para aprovisionarse de helados y otros productos que se sabe que registrarán especial demanda por parte de los clientes en esas condiciones.
