El empleo va a ser el principal perjudicado por la fase de desaceleración económica que atraviesa Balears y que probablemente va a tener continuidad hasta 2010, según advirtió ayer el director del Centre de Recerca Econòmica (CRE) de Sa Nostra y la Universitat de las islas, Antoni Riera. Sin embargo, fue tajante al rechazar la palabra "crisis" o "recesión" para definir la situación actual, y afirmó que se trata de una "fase de ajuste que era necesaria, aunque también será dolorosa y complicada".

Uno de los problemas del empleo balear pasa precisamente por el enorme volumen de contrataciones que se han realizado durante los últimos años, en gran medida de personal sin cualificar y destinado a la construcción. Esta fuerte contratación fue especialmente intensa durante el primer semestre de 2007, ante la necesidad de concluir antes de las elecciones autonómicas el ingente volumen de obra pública que se había puesto en marcha.

Este hecho ha provocado que en este momento haya un exceso de mano de obra en las islas que no puede ser absorbida por el sector turístico precisamente porque no cuenta con formación para desarrollar esta actividad, lo que explica el que las cifras de empleo del pasado junio hayan sido tan negativas. El responsable del CRE advirtió que el paro va a seguir creciendo en las islas, y admitió que la situación puede ser especialmente difícil durante el invierno, cuando concluya la temporada turística.

Estos ajustes van a provocar un menor crecimiento económico del previsto inicialmente para este año, generado en gran medida por la situación de la construcción. Así, Antoni Riera estimó que este ejercicio se cerrará con una tasa del 1,9% al 2% para el conjunto de la producción no agraria. En el caso de la construcción, señaló que a finales de año su crecimiento rozará el 0%, pero rechazó la posibilidad de que este sector entre en recesión, tal y como ha pronosticado el Govern balear. Si el Ejecutivo autonómico considera que la construcción está creciendo en estos momentos a un ritmo del 0,2%, el CRE eleva esta estimación hasta el 1,3%.

El sostén del turismo

La principal fortaleza de la economía balear radica en estos momentos en el sector servicios gracias al buen comportamiento del turismo. Por ello, Riera apuntó que el año se cerrará en este caso con una subida superior al 2%. Sin embargo, admitió que hay ramas de los servicios que están sufriendo actualmente con más fuerza la citada "fase de ajuste", como son las empresas inmobiliarias por su vinculación a la construcción, o el comercio ante el recorte en el consumo que están aplicando las familias isleñas.

El director del CRE consideró que los excesos cometidos durante los pasados ejercicios hacían necesario el actual periodo de ajuste, con un excesivo impulso a la inversión inmobiliaria en detrimento de la inversión productiva. Antoni Riera manifestó que no siente preocupación ante las actuales turbulencias financieras o por la desaceleración económica, pero sí por el fuerte encarecimiento de las materias primas y, muy especialmente, por la crisis de confianza en la economía, que está llevando a recortar el consumo y las inversiones empresariales.

El economista admitió que la actual situación no presenta una fácil solución, dadas las carencias "estructurales" que presenta el archipiélago. Para empezar, las islas no cuentan con una economía productiva, ni con mano de obra especializada, ni se ha apostado por la innovación, mientras que en materia de diversificación hacia los sectores quinarios y cuaternarios -como el de las comunicaciones- se está en una fase inicial. Riera consideró fundamental el impulso a estos cuatro factores, y opinó que la economía balear está en condiciones de afrontar este reto.

En cualquier caso, insistió que la situación actual no es tan negativa como la vivida a principios de los años 90 o entre 2002 y 2003.