Desde el Govern balear no se oculta que lo que está sucediendo en materia de empleo supera las previsiones más pesimistas. La consellera de Trabajo, Margarita Nájera, ha advertido que lo peor llegará a partir de octubre y noviembre, una vez concluya la temporada alta, pero también ha subrayado que las islas aparecen como una de las comunidades autónomas mejor preparadas para afrontar lo que se avecina, gracias a la fortaleza del turismo y al menor peso que la construcción tiene en su economía.

Margarita Nájera afirmó que las últimas cifras sobre el paro ponen en evidencia que el sector servicios no va a tener capacidad para absorber todo el desempleo que se está generando en la construcción balear, cuya crisis es muy superior a la estimada inicialmente, lo que provocará su entrada en recesión antes de que acabe el año. Sin embargo, puso de relieve que las islas y Aragón son las autonomías que están mostrando un mejor comportamiento a la vista de los nuevos contratos que se han firmado, frente a la grave crisis que se vive en la Comunidad Valenciana o en Murcia.

Malas perspectivas invernales

En opinión de la consellera, la fuerte actividad turística de julio y agosto permitirá que la situación mejore, para llegar a un septiembre que será muy similar al del pasado mes de junio. Pero la conclusión de la temporada alta hará que el paro se dispare a partir de octubre y, muy especialmente, de noviembre. Si el año pasado la cifra de desempleados por esas fechas osciló entre los 45.000 y los 50.000, se espera que el actual ejercicio concluya con unas 60.000 personas en busca de un puesto de trabajo en las islas.

Este problema se agrava debido a que en estos momentos hay muchos asalariados que están perdiendo su empleo en la construcción y que al llegar al invierno, cuando las posibilidades de recuperar la actividad son mínimas, se van a encontrar con que han consumido su derecho a percibir alguna prestación. El Govern cree que esta mala situación afectará a unas 10.000 personas al acabar este año.

Nájera indicó que se están diseñando planes de empleo, en colaboración con ayuntamientos y agentes sociales, para que una parte de estos trabajadores puedan tener alguna actividad. También se están preparando medidas para ayudar a las personas más desfavorecidas, como son los discapacitados, a lo que se suma el impulso a la obra pública, con el fin de ofrecer actividad a "las empresas constructoras de siempre, no a las que durante los últimos años se han dedicado a especular".

El presidente de la patronal Caeb, Josep Oliver, coincidió en que los datos de empleo conocidos ayer no son en absoluto positivos. Por ello, advirtió que, tras "un periodo de análisis y reflexión, el Govern debe ponerse ya manos a la obra" y adoptar iniciativas destinadas a paliar los problemas actuales.

El director de la asociación de constructores de las islas, Manuel Gómez, señaló que "desgraciadamente", las cifras de desempleo son "las esperadas", y advirtió que si no se adoptan medidas urgentes desde el Govern, el sector va a sufrir un "descalabro mortal".

El secretario de Acción Sindical de UGT-Balears, Manuel Pelarda, apuntó que "todas las luces de alarma se han encendido" por la pérdida de empleo respecto a 2007, y se sumó a la reivindicación de un "plan de choque", algo que también se hizo desde CCOO, especialmente en apoyo de los colectivos más débiles.