Las negociaciones de la presidenta del Consell para cerrar la crisis del Plan Territorial en el seno del gobierno insular la llevaron a sondear las intenciones del PP en la oposición, como exigía UM en su guión. Ayer, el conservador Jaume Font apuntaba que Armengol buscó pactar soluciones con el PP, de manera que pudiera relegar "a uno o a dos de sus socios", en referencia a UM y al PSM, cuyas exigencias divergentes impedían a la presidenta cumplir con los plazos marcados para cumplir su programa. Pero especialmente a UM, quien desató la crisis del PTM al

Para Font, Armengol es una "presidenta con las manos atadas", de manera que su gestión "en tiempos de crisis equivale a un fracaso", dada la imposibilidad de ordenar su gobierno. El conservador recordaba ayer la larga lista de píldoras que la presidenta ha tenido que tomar sin dorar en lo que va de legislatura por culpa de sus socios o por los incumplimientos del Gobierno central.

El ´rosario´

La construcción de Son Espases, el incremento de la tarifa de residuos, el retraso en el convenio de carreteras, la imposibilidad de paralizar Can Domenge anteceden en el "rosario" de Armengol a las dificultades para suprimir las áreas de reconversión territorial en el Plan Territorial.

Para Font, la crisis del PTM se cierra en falso. "Armengol quiere disfrazar su fracaso", asegura, puesto que los cambios que el día 11 se aprobarán en el Consell "no lo modifican, sino que aclaran su redacción". Todas las medidas apuntadas ya estaban incluidas en la redacción original, aunque puedan mejorarla.

Muy diferente es el caso de la modificación con la que se desclasificará el suelo urbano consolidado de es Guix, en Escorca.

El conservador recordó que este suelo urbano consolidado no se incluyó en el pacto global con el que se aprobó en el Parlament la ley de medidas urgentes en materia de protección territorial; es más, fue expresamente desechado de aquel acuerdo.

El hecho de que ahora se incluya en una revisión del Plan Territorial -en una institución diferente- se considera una ruptura del consenso, por más que ya entonces el equipo de Gobierno hubiera apuntado esta posibilidad.

Según Font, se rompen además todas las conversaciones previas, en las que el PSOE hubiera aceptado para estas parcelas la construcción de viviendas unifamiliares, con dos de equipamientos.