Los disturbios que alteraron gravemente en 2001 la placidez de las clásicas manifestaciones del primero de mayo en Palma se gestó por la discrepancia de la CNT con el reparto de locales públicos para entidades sindicales represaliadas por el Franquismo. "No a la mafia sindical, este edificio es de los trabajadores", se pudo leer en una pancarta usada en la ocupación reivindicativa de los antiguos juzgados. La Policía pidió el auxilio de los Bomberos para desalojar el inmueble.