Los catálogos inmobiliarios de propiedades de lujo en Mallorca -redactados tradicionalmente en inglés y alemán, sin interferencias de idiomas locales- omiten por discreción el precio de las mansiones que ponen a la venta. El rasgo de pudor sería contraproducente a la hora de dirigirse a los magnates rusos. Este sector del mercado necesita alardear de su inversión, y aborda la cotización al alza como un aliciente, porque el precio no es el factor limitante. Los folletos con grandes casas mallorquinas destinadas a esa nacionalidad exhiben por tanto la valoración. La transparencia permite cifrar en mil millones de pesetas -seis millones de euros- el coste medio de los inmuebles que adquieren las fortunas generadas en un plazo récord, tras la desintegración de la Unión Soviética.

La detención en la urbanización Sol de Mallorca del mafioso Gennadios Petrov ha fijado los focos sobre la penetración creciente de capitales rusos en el mercado inmobiliario mallorquín. Se editan catálogos íntegramente en caracteres cirílicos -acompañados a veces de su traducción al árabe-, y los magnates pueden efectuar sus adquisiciones sin salir de Moscú. Un folleto que describe una treintena de joyas inmobiliarias de Mallorca, a menudo con precios por encima de los diez millones de euros, remite a una agencia inmobiliaria moscovita. En ningún caso se trata de fincas donde la extensión pudiera justificar el precio desorbitado, sino sólo de viviendas.

La fiebre de adquisiciones, a cargo de los nuevos ricos rusos, no se frena por el desconocimiento explícito de la geografía donde efectúan sus compras. El catálogo que incluye varias casas en torno a los 17 millones de euros -cerca de tres mil millones de pesetas- aporta un mapa donde se precisa la ubicación de Mallorca y su distancia a Moscú, uno 3.600 kilómetros. Como señuelos promocionales para atraer a los compradores, se utilizan las figuras de Don Juan Carlos de Borbón y del rey de Noruega, regatistas habituales en aguas mallorquinas.

En uno de los catálogos, redactado íntegramente en ruso, figuran dos propiedades en primera línea de la urbanización donde residía Petrov, antes de ocupar una modesta celda en la cárcel de Palma. Un chalet de estilo pastiche mediterráneo, similar al habitado por el líder de los Tambov, se vende por siete millones de euros. Una edificación con pretensiones vanguardistas se sitúa en cinco millones y medio. En Sol de Mallorca residen otros multimillonarios rusos. Uno de ellos abonó seis millones de pesetas por la puerta de la cámara acorazada de su residencia.

La existencia de compradores evita que los precios sean tachados de disparatados. La distribución por zonas de las propiedades sólo para rusos -es difícil que magnates de otras nacionalidades puedan sostener la puja- implica la creación de nuevas isobaras inmobiliarias en la isla. La urbanización palmesana de Son Vida, refugio tradicional de las grandes fortunas, parece asequible por comparación. En especial para quienes dispongan de los cuatro millones de euros solicitados en esa zona

La proximidad al mar es el valor más apreciado por los rusos de liquidez infinita. En proporción a la antigüedad, calidad y tamaño de la construcción, Formentor conserva su valor simbólico. Se piden 17 millones de euros por un chalet de 800 metros cuadrados en la península septentrional. Entre las zonas revalorizadas, un chalet en Sa Torre de Llucmajor sale al mercado ruso por seis millones de euros.