Tres albañiles manifestaron ayer ante el juez de instrucción 2 de Palma, Juan Ignacio Lope Sola, instructor de una causa contra la actual consellera de Trabajo del Govern balear, Margarita Nájera, por prevaricación y cohecho, que trabajaron, a principios de esta década, en las obras de construcción de un chalé en Santa Ponça propiedad de Manuel Barajas, ex marido de la mencionada dirigente socialista. El Partido Popular (PP) postula, desde hace cinco años, que el recaudador municipal de Calvià, Jaime Riera, pagó un soborno, en forma de un solar urbanizable vendido a un precio ventajoso y con la financiación también de las obras de construcción de un chalé, a Barajas como contraprestación a una mejora en su contrato de recaudación por la entonces alcaldesa de Calvià Nájera.

La causa, que ya ha sido sobreseída por el juez y reabierta en dos ocasiones por la Audiencia, se halla ahora en fase de esclarecer quién sufragó parte de la construcción del chalé. Máximo Labanda, un testigo aportado por el actual alcalde de Calvià por el PP, Carlos Delgado, sostiene que Riera le abonó varios millones de pesetas por trabajos en la vivienda de Barajas, extremo negado tanto por el recaudador municipal como por el ex esposo de la alcaldesa.

Riera ha admitido que entregó esas cantidades, pero ha señalado que Labanda trabajó para él en otra obra en Bendinat.

Ayer los tres albañiles manifestaron que sí hicieron diversas obras en la casa de Barajas, de la que dieron muchos detalles sobre su ubicación y distribución. Los trabajadores relataron que cambiaron varias veces uno de los baños, al que se dotó de hidromasaje y otros adelantos, y también se tuvo que volver a embaldosar el salón de la casa.

Los albañiles coincidieron en que Labanda les contrató, pero entre ellos discreparon sobre si dicho testigo de la acusación también trabajó físicamente en el chalé. Ayer asistieron a la prueba el fiscal anticorrupción Juan Carrau, el abogado del PP de Madrid, Fernando Mateas, y los defensores Gabriel Garcías y Eduardo Valdivia.