Recién terminado el Concilio Vaticano II, que reguló la situación de los religiosos que querían abandonar la Iglesia católica, Joan Borràs Cardona fue el primer sacerdote mallorquín que solicitó acogerse a la secularización, allá por 1966. Desde entonces, un centenar de sacerdotes diocesanos han seguido su misma senda -de los que veintiuno ya han fallecido-, al igual que decenas de frailes, monjas y hermanos de distintas congregaciones religiosas.

A la hostilidad e ignorancia que en los primeros años acompañaba a esta decisión personal -muchos feligreses casados por un cura que después ´salía´ temían por la validez de su matrimonio-, se sumaba la imperiosa necesidad de incorporarse al mundo laboral, como cualquier hijo de vecino.

Curiosamente, y paralelamente a su nueva actividad profesional, muchos ex sacerdotes sintieron atracción por la política, movidos tal vez por el mismo deseo de cambiar el mundo que les acompañó durante su vocación. Posiblemente el caso más conocido sea el de Francesc Obrador, que cambió la sotana por el traje de alcalde socialista de Calvià, cargo que desempeñó desde 1983 a 1991. Entonces, encabezó la candidatura a la presidencia de la Comunidad Autónoma por el PSOE, en tiempos de Cañellas.

El ex sacerdote Cecili Buele (Palma), que durante muchos años fue uno de los principales activos del PSM, también dio el paso a la política, dejando posteriormente esta formación por el desencanto e integrándose en Esquerra Republicana de Catalunya (ERC).También en el PSM milita Jaume Gual, que de 1999 a 2003 fue un alto cargo de la conselleria de Educación.

Otro amante de la política es el algaidí Pere Fullana, que siendo franciscano casó al president Antich, y luego éste -como alcalde de Algaida que era- lo casó a él por lo civil, una vez secularizado. Ahora Fullana ocupa un cargo en el Consell, y precisamente el jefe de personal de dicha institución fue Gabriel Rossiñol (Montuïri), ya fallecido.

El mundo de la enseñanza vio recalar a otros antiguos curas después de su secularización, pues era un ámbito donde este colectivo -muy bien formado académicamente- podía desenvolverse con facilidad. Así, son innumerables los ex sacerdotes que desembocaron en colegios como profesores.

Maestros de Religión

Durante el episcopado de Teodor Úbeda, ésta fue una de las salidas más habituales para los que decidían ´colgar los hábitos´. El difunto prelado "siempre" ofrecía un puesto de maestro de Religión en alguno de las numerosas escuelas católicas, señalan voces autorizadas de entre los secularizados, quienes, a su vez, lamentan que el actual obispo "se desentiende" de sus antiguos pastores.

Otros ex sacerdotes han logrado un prestigio social en diferentes sectores. Es el caso de Mateu Cladera (Santa Margalida), que ejerce el periodismo y hasta su reciente jubilación ha sido el jefe de protocolo y comunicación de Son Sant Joan. Sin salir del gremio, Gabriel Vilanova Bisquerra (Campanet) es el jefe de prensa del Ayuntamiento de Palma, mientras que Llorenç Pérez (Muro), fallecido hace poco, fue director de la Biblioteca March y reconocido lulista y archivero. Todos, por uno u otro motivo, cambiaron el clergyman por la corbata.