Diario de Mallorca

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Can Marrón cocina mallorquina tradicional, clara y honesta

Entrar en este ´celler´ es un bonito viaje al pasado, tanto por su ambiente como por su excelente cocina mallorquina

Can Marrón cocina mallorquina tradicional, clara y honesta

C an Marrón forma parte de la historia local, hace ya más de un siglo que la familia Llompart-Saurina residía en ella y elaboraba vino, aunque el edificio data del siglo XVII y era anteriormente conocido por Cas Pagès. Era habitual que trabajadores, comerciantes, artesanos y payeses pasaran a llenar sus recipientes de vino, para "aliviar" la jornada de trabajo. En los años sesenta Jaume Aloy lo abre como casa de comidas, además de continuar con la elaboración y venta de vino.

Permanece en mis recuerdos la figura de Bernat Guasp y su esposa Sebastiana, que regentaron el local hasta su jubilación, de ello hace alrededor de diez años, media docena larga de platos y el postre mas requerido: platano amb bessons.

El cambio se produce hace diez años cuando Margalida Tomas y su marido Bernadí Matemalas se ponen al frente del local. El aspecto de la sala no ha cambiado, sigue teniendo un aire muy rústico, con sus grandes depósitos de madera, donde almacenaban el vino. En sus paredes una amplia colección de balanzas "romanas", de bronce y de hierro, con sus platos y contrapesos. En las mesas siguen utilizando manteles de papel, lo cual contrasta notablemente. Esta joven pareja ha querido mantener y continuar, en todo momento, el ambiente y la rusticidad de los años sesenta, del siglo pasado, que transmite la casa.

En la carta, algo más de quince platos y media docena de postres caseros.

Bernadí y Margalida elaboran platos de la cocina tradicional mallorquina. Platos claros y bien elaborados. En los entrantes: sopes mallorquines, callos, llengo amb tàperes y frit mallorquí. No faltan els peus de porc, la pierna de cordero rellena, el lom amb col y las berenjenas rellenas. En los pescados especialmente interesante el bacalao, con una salsa de tomate, cebolla y pimentón.

En los postres el gató, puding d´ensaïmada, greixonera de brossat y el platano amb bessons sigue en vigencia. He tenido oportunidad de probar su frit mallorquí, el plato estrella de la casa, ambudantes grells (cebolleta de Mallorca) la patata en su punto y la carne muy melosa, de los mejores que se pueden probar en la isla. Continuo con peus de porc farcits, rellenos de cerdo y berenjena y envueltos con col, regados con una salsa potente, donde los aromas de hierbas y la picada de almendra dejan su impronta. Plato potente con una melosidad y suavidad que me sorprende. La finura de la greixonera de brossat pone un agradable punto final.

Cada día proponen varias sugerencias, aparte de la carta. Esta semana: calamares rellenos, raya en escabeche, frit de matances, croquetas de pollo y una muy especial porcella al forn.

La carta de vinos, todos mallorquines, a precios mas que razonables, aunque con muy pocas referencias. El servicio es rápido y atento, a cargo de Cristina Genicio y Pedro Sabater, aunque Margalida Tomas entre y sale a menudo desde la cocina al comedor.

Celler Can Marrón

C. Rector Rayó, 7. Inca

Tel. 971 50 41 60

Abierto a mediodía y noche. Los jueves, berenars de forqueta,

de 9 a 11 h.

Descanso semanal: Domingo y noches de los martes.

Vacaciones: Agosto

A la carta: 25 - 30 €.

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