Es indiscutible el auge y gran nivel de nuestra cocina y nuestros cocineros durante el último decenio, prueba de ello son los reconocimientos, galardones y valoraciones de las guías más reconocidas sin olvidar la constante participación de cocineras/os de la isla en eventos y fórums gastronómicos nacionales e internacionales.
Con todo ello,
en 2018 a mí me gustaría:
Que las jóvenes huestes que, cada año, salen de las escuelas de cocina prestaran igual importancia a una esferificación que a un buen "sofrit" o un guiso a fuego lento, como los que preparaba mi madre.
Que retornaran, aunque solo fuera un poquito, aquellos habituales encuentros entre cocineros y cocineras en los mercados, con un buen berenar de por medio y amplio paseo por los puestos de verduras, carnes y pescados.
Que asumiéramos la grandísima importancia de un buen servicio de sala. El exquisito trato al cliente con gran profesionalidad y conocimiento.
Que se intensificara el binomio cocinera/o & productor local, con todo lo que ello conlleva.
Que la devoción hacia el producto local y muy cercano siguiera enraizando en las cocinas.
Que los vinos y bodegas de nuestras islas calaran más profundamente en las cartas de los restaurantes de nuestro entorno.
Que la nueva cocina mallorquina, esencia de tradición y modernidad, siga escalando posiciones en las preferencias de la clientela, tanto local como entre nuestros visitantes.
Ya ven, lo que me gustaría son unas poquitas cosas fáciles de conseguir€
Feliz año nuevo.