La temporalidad es una de las principales lacras del mercado laboral español. La recuperación del empleo y el descenso del parto no han logrado atajar la precariedad y la alta rotación en miles de empresas españoles. La última reunión entre la ministra de Empleo, Fátima Báñez, y los representantes sindicales ha servido para que el Gobierno presente sus nuevas propuestas, entre las que figura el denominado contrato de indemnización creciente.

Empleo quiere reducir las modalidades de contratación de cuatro a tres (indefinido, temporal con indemnización creciente y formación-prácticas) y establecer un sistema de 'bonus-malus' que premie, a través de las cotizaciones, a las empresas que apuesten por la estabilidad y penalice a las que abusan de los contratos temporales.

El contrato de indemnización creciente que plantea el Gobierno establecería una fórmula de un vínculo máximo de dos años con posibilidad de ampliarlo a un tercero por convenio. Las indemnizaciones quedarían de la siguiente manera: 12 días por año trabajado al término del primer año - es la que impera ahora en todos los contratos temporales-; de 16 días al acabar el segundo año y, por último, de 20 días a partir del tercero. Esta última es la que se incluye actualmente en los despidos objetivos procedentes.

En el caso del 'bonus-malus', la propuesta del Gobierno pasa por incrementar las cotizaciones sociales por desempleo a las empresas que recurran en mayor medida a la contratación temporal y la rotación "excesiva" y establecer un nuevo incentivo en las cotizaciones para aquellas que tengan un porcentaje mayor de contratos fijos en comparación con otras empresas de su mismo sector.