Una modalidad de tarjetas que nos podemos encontrar hoy en día son las denominadas tarjetas de fidelización.

Como su propio nombre indica, lo que buscan es fidelizar y premiar al titular de las mismas por parte de la entidad emisora que, por norma general, son empresas con muchos puntos de venta al público de sus productos y/o servicios y que lo que persiguen es que los usuarios decidan ir a sus establecimientos frente a los de la competencia.

Y es que si el titular decide ir a los establecimientos de la empresa emisora de la tarjeta, verá como que en la mayoría de los casos, tendrá descuentos en lo que adquiera si paga con esta tarjeta o bien recibirá una serie de puntos que posteriormente podrá canjear por productos en estos establecimientos.

Algunas de estas empresas lo que emiten es una tarjeta de crédito pura, con lo cual se puede utilizar para pagar en cualquier establecimiento que admita pago con tarjetas. No obstante otras empresas emiten solo este tipo de tarjetas para realizar los pagos en sus establecimientos premiando por ello a los titulares (diferentes formas).

Lo ideal es encontrarnos con una de estas tarjetas de fidelización que permitan ambos usos, fuera y dentro de los establecimientos de la empresa emisora.

Como vamos a comprobar, suelen ser empresas de gran tamaño y de muy amplia red geográfica con lo cual los titulares pueden usar estas tarjetas en diferentes ciudades en los establecimientos que haya de esa firma (si solo son de uso de marca), no limitándose meramente a los establecimientos ubicados en su localidad habitual.

Un claro ejemplo de este tipo de tarjetas es la que emite El Corte Inglés. Se trata de una tarjeta válida en este caso solo para pagar compras en los establecimientos de esta firma o en aquellos establecimientos que se hayan adheridos a un convenio con esta empresa. Pero estos pueden ser a lo largo de toda la geografía española. Esta tarjeta de El Corte Inglés permite al titular disfrutar de diferentes opciones de financiación para sus compras, incluso el aplazamiento de las mismas sin intereses. Lo que da realmente son facilidades de pago.

Otra tarjeta de fidelización muy habitual es la Tarjeta PASS que emite los establecimientos Carrefour. Los pagos realizados con esta tarjeta en establecimientos de esta cadena de grandes superficies tienen ventajas en metálico ya que devuelve el 1% de tus compras y el 8% en gasolineras, mediante la entrega de un cheque regalo periódicamente que luego puede emplearse como dinero para adquirir productos dentro de los establecimientos de la cadena.

Una de las primeras tarjetas de fidelización que tuvimos en el mercado fue la Visa Repsol Classic de Repsol, que además fue de las primeras en permitir obtener descuentos en los repostajes en las estaciones de servicios afines (Repsol, Campsa y Petronor). Ofrece un 2% de devolución de los importes pagados en ellas que le será abonado mensualmente al titular en el extracto de la tarjeta.

Estas tres tarjetas por ejemplo tienen características comunes como es el hecho de que se pueden solicitar sin la necesidad de cambiar de entidad, algo que resulta muy interesante.

Las dos primeras son tarjetas siempre gratuitas mientras que la tarjeta emitida por Repsol solo es gratuita el primer año. Ahora bien, de estas tres que hemos comentado, es la única que permite realizar pagos en cualquier establecimiento adherido a Visa, sea o no perteneciente a Repsol, con lo cual es más similar en su funcionamiento a una tarjeta de crédito emitida por una entidad financiera.

Otras tarjetas que nos podemos encontrar de esta modalidad son la Tarjeta Decathlon, la Tarjeta Fnac o la Tarjeta IKEA.

La primera es una tarjeta con coste ya que posee una comisión anual de 9 euros. Permite obtener ventajas y descuentos en diferentes productos de la cadena de tiendas.

La Tarjeta Fnac es similar en su operativa a la Tarjeta Visa Repsol, es decir, permite el pago con ella en establecimientos ajenos a la firma. Claro está que las mayores ventajas y descuentos las consigue en los pagos en las tiendas Fnac y asociadas. No obstante en los pagos realizados en el resto de establecimientos también permite acumular el 0,5% del importe para canjearlo luego en sus tiendas. Es una tarjeta además sin coste.

La Tarjeta IKEA es ideal para los que frecuenten mucho las tiendas de esta cadena de muebles ya que es aquí donde se consiguen las ventajas en su uso. No tiene ningún tipo de coste.

Estas tres tarjetas, al igual que las anteriores, no obligan a cambiar de entidad.

Podemos ver que hay múltiples tarjetas fidelización y dependiendo de nuestros hábitos de compra y de dónde las realicemos nos pueden convenir el contratar unas u otras. Ahora bien, la cuestión es poder usar una o como mucho dos de forma generalizada, ya que el llevar en la cartera 5 o 6 tarjetas de fidelización es reamente algo inoperativo, además de que exige llevar un control de las formas de pago de cada una lo que implica sin duda una pérdida de tiempo.