La cara y la cruz, de la esperanza al temor, noticias buenas y noticias muy malas, pero todas ellas en grandes titulares. La información económica lleva en apenas 3 días mostrándonos las dos caras actuales de la crisis, la de las expectativas de una recuperación que aunque se afanen en venderla como cercana, no llega, y lejos de estas expectativas la realidad, marcada por la caída del PIB durante todo este año y como hemos visto el jueves por una destrucción de empleo que ya alcanza los 6,2 millones de personas, el 27,16% de la población activa, con más 3.580 puestos de trabajo perdidos diariamente.

En esta coyuntura, ¿sirve como indicativo de mejora económica el descenso de la prima de riesgo? Tradicionalmente se habla que los mercados financieros "anticipan" lo que acontecerá en general, pero la realidad, es que, cuando se entra en un ciclo recesivo suele coger a los mercados a contrapié, generalmente con una tendencia contraria, la de la subida, y al revés, antes de la recuperación real amagan repetidamente con la subida hasta que se llega realmente a una subida consolidada.

Por ejemplo, si lo vemos en la bolsa española, en octubre de 2007 el Ibex 35 alcanzaba un máximo histórico al superar 15.890 punto, desde esa cota tuvo el desplome más importante hasta 7.620 puntos de febrero de 2009, una caída en picado que duró 14 meses sin que los mercados anticiparan los problemas económicos que ya muchos percibían.

La última gran corrección se produjo entre febrero y mayo del año pasado, un desplome del que nos hemos recuperado casi totalmente y que llevó a que se disparara la prima de riesgo.

En ese momento se argumentó que las razones eran más especulativas que reales, el famoso "ataque" de los mercados que se utiliza cuando las cosas van mal, mientras, cuando el resultado es una mejora, cambia el razonamiento y es por "méritos" propios. Y hay parte de razón, los movimientos financieros sobre acciones, tipos de cambio o interés siempre tienen una parte especulativa, pero en ambos sentidos, es decir, tanto cuando el mercado es bajista como cuando es alcista, y esta es la coyuntura en la que nos movemos.

Recuperación financiera, imprescindible pero no a cualquier precio

Por supuesto que una mejora en los mercados implica una mejora en nuestra economía, especialmente por la vía de la financiación. Nuestra elevada deuda pública nos obliga a financiarnos continuamente y si lo hacemos a tipos cada vez más bajos necesitaremos utilizar menos dinero a pagar intereses, equilibrando más nuestro presupuesto y llevando a que se necesiten menos recortes de gastos o más ingresos vía recaudación.

El problema es que la partida de intereses es que aun siendo una de las más importantes en los Presupuestos Generales del Estado, no es la única, y es superada por ejemplo por el pago de subsidios entre los que destacan los de desempleo.

Y volvemos al punto de arranque, la subida de desempleo anunciada este jueves hace que la situación sea mucho más que alarmante y lejos de retóricas políticas alejen la recuperación. De forma directa, atacan a la línea de flotación del equilibrio presupuestario, y hace que la posible relajación en 2 años en el cumplimiento del déficit se convierta en la única opción posible, ya que es imposible conseguir los puntos marcados por Europa. Una tasa de paro del 27% dispara el pago de subsidios por el lado del gasto, pero más importante es que derrumba los ingresos, vía impuestos directos (IRPF) como indirectos (caída del consumo y por tanto de la recaudación del IVA).

Esta es la situación en un 2013, en el que como ya está reconociendo el Ministerio de Economía cerraremos cerca de las previsiones del FMI en caída del Producto Interior Bruto. De momento los mercados nos dan una tregua, pero esta la notamos poco a nivel general y menos en el día a día. Se necesita un radical cambio en las políticas económicas para que desde luego ayuden a una recuperación a día de hoy muy alejada, reducir el déficit es importante y positivo, pero no se puede hacer a cualquier precio y mucho menos pensando que tras ello, todo lo demás se recuperará de forma milagrosa.

Antonio Gallardo, Portal de iAhorro