Hasta hace unos años, a la hora de solicitar una pequeña cantidad de dinero para cubrir algún gasto imprevisto, era frecuente echar mano de algún familiar e, incluso, un vecino. Pero los tiempos (y las economías de los hogares) han cambiado y no todo el mundo dispone al instante de 600 euros para prestar.

Esto, unido al endurecimiento por parte de bancos y cajas en las condiciones de los créditos y su otorgación, podrían explicar el imparable crecimiento que han vivido los minipréstamos, créditos de hasta 600 euros a devolver en un plazo que no suele superar los 30 días.

Son varias las empresas que se dedican a su comercialización, como recoge el comparador de productos bancarios Bankimia. Según datos del sector, han duplicado su volumen de negocio en España en 2012. Y firmas como Wonga, líder en el Reino Unido con este tipo de productos (firmó 3,5 millones de préstamos el año pasado), está estudiando establecerse aquí.

La sencilla contratación, rápida y sin excesivas justificaciones, es uno de los atractivos de los minipréstamos. El dinero se obtiene de forma relativamente ágil y fácil, aspecto a valorar cuando se tiene que hacer frente, apresuradamente, a un gasto puntual y no se dispone de suficiente dinero. También el hecho que todo el mundo puede recurrir a ellos, incluso personas sin trabajo o, en algunos casos, que aparecen en listas de morosos.

Con todo, antes de confirmar un préstamo de este tipo se deben tener en cuenta varios aspectos. Listamos los más importantes:

Comparar: El suscriptor debería valorar las ofertas de las empresas que otorgan estos créditos antes de decidirse por uno a través de un comparador de minipréstamos. Estudiar los honorarios que cobra, los intereses, las facilidades de pago, si hay penalizaciones por amortizar antes del plazo pactado…

Agilidad: Por norma, cuanto menor sea el volumen de documentación que se solicita para contratar un minicrédito, más rápida será su entrega. Incluso hay empresas que los otorgan en minutos después de recopilar y estudiarla.

Facilidades en la entrega: El prestatario debería evaluar la comodidad en la forma de entrega del crédito. Si se le hará llegar por medio de una transferencia, si lo podrá recoger en un cajero automático de Hal-Cash, que envía dinero al instante…

Importes máximos: Muchas empresas dedicadas a la concesión de minipréstamos tienen un importe máximo para los clientes que acuden por primera vez. Oscila los 300 euros. En posteriores solicitudes, si se han cumplido los plazos de entrega anteriormente, suelen ampliar los créditos.

Aplicar el sentido común: Dados los altos intereses que se deben sufragar, los minipréstamos no deberían convertirse en una forma de pago habitual. Tendrían que utilizarse para afrontar extras puntuales, como serían la rotura de un electrodoméstico, o para evitar impagos que pudieran suponer el corte de algún suministro (como la electricidad, el agua, el gas…).