Libros, material escolar, uniformes, zapatos,? la crisis no sabe de la vuelta al colegio, y las subidas de impuestos, tampoco, ya que una de las revisiones más elevadas del IVA se produce precisamente en el material escolar que excepto para mapas, blocs de dibujo y partituras musicales pasa del 4% al 21%. Por ello, tras disfrutar y pagar por unas vacaciones, los que han podido, llega otro desembolso más que importante para muchas familias. Y es que a todos estos gastos, multiplíquenlos por el número de hijos y aumenten a medida de que estos crecen, por todo ello es cada día más frecuente buscar fórmulas financieras para poder hacer frente a este importante gasto.

Nómina, fuente de financiación

Entre las mejores soluciones la podemos encontrarnos distintas opciones que ofrece domiciliar la nómina, tanto por su coste como por la rapidez en conseguir dinero. Lo más económico es pedir un anticipo de nómina, nos abonarán en nuestra cuenta el importe de nuestro salario que posteriormente nos descontarán tras su pago. El principal inconveniente es precisamente este, que en un corto periodo de tiempo tenemos que devolver el dinero, mientras que a favor tiene su nulo coste, sólo necesita tener cierta antigüedad con los ingresos domiciliados en la entidad financiera.

La segunda opción es acceder a un préstamo nómina, de concesión rápida y que generalmente tienen como límite un número de mensualidades (de 3 a 5 es lo más común). Igualmente exigen cierta antigüedad con la nómina domiciliada, los plazos de devolución suelen ser no muy largos (de 6 meses a 2 años) pero a cambio los tipos de interés suelen ser más bajos que otros préstamos personales.

Dentro de esta categoría existen préstamos sin intereses, pero que cobran por anticipado una comisión de apertura y/o estudio. Por ello este coste tiene que medirse con la TAE de la operación para poder compararla con otros préstamos, ya que hay casos que pueden ser más caros que otros con intereses.

Tarjetas de crédito

Es una opción cómoda y cada día más usada, teniendo en cuenta que el primer trimestre de este año se superaba 40 millones de tarjetas de esta modalidad, y que en 2011 se habían realizado en España operaciones por un valor de 98.267 millones. Para financiar una compra las más recomendables son las tarjetas con pago aplazado, especialmente diseñadas para fraccionar una operación y con unos tipos de interés más bajos que la mayoría de las tarjetas de crédito. El coste es uno de los principales inconvenientes de estos productos de financiación ya que los intereses de una tarjeta pueden llegar hasta el 25% TAE, y es que en estos productos se suele destacar el tipo de interés nominal mensual, mientras que al igual que en los préstamos hay que fijarse en la TAE para poder comparar.

Entre los puntos a favor de las tarjetas está la flexibilidad, tanto a la hora de fraccionar como poder cancelar esta financiación, sin ningún coste adicional, mientras que en la mayoría de los préstamos hay comisión de cancelación.

Por todo ello, compare las diferentes opciones y evalúe su coste no sólo los intereses, si no también comisiones y plazos, para intentar que la cuesta de septiembre sea menos empinada.