La hibridación del sector automovilístico está principalmente enfocada a optimizar la eficiencia de los vehículos para cumplir con los exigentes estándares de contaminación, pero en el caso de Porsche este concepto afecta tanto a la eficiencia como al dinamismo. No podía ser de otra manera en una marca en la que la electrificación ha sido clave en sus éxitos deportivos, con victorias tan destacadas como las logradas en las 24 Hora de Le Mans en 2015 y 2016 con el 919 Hybrid.

Tras el superdeportivo 918 Spyder la marca de Stuttgart inicia una nueva estrategia híbrida con estos valores a través del Panamera 4 E-Hybrid que, como comentábamos, suma mayor eficiencia y prestaciones a la gama hasta ahora comercializada.

Este modelo, de aspecto prácticamente idéntico a los Panamera de combustión, a excepción de detalles en color verde intenso en la carrocería, pinza de freno de igual color y una instrumentación específica, utiliza dos motores: el biturbo V6 de 2.9 litros y 330 cv, y una unidad eléctrica de 136 cv, que eleva su potencia total hasta los 462 cv y 700 Nm de par motor, que se transmiten a los dos ejes de una forma rápida y eficaz gracias a una caja de cambios de doble embrague PDK de ocho velocidades, que sustituye al convertidor automático de iguales relaciones de su predecesor.

La alimentación del motor eléctrico proviene de una batería de iones de litio con refrigeración líquida. Aunque su capacidad energética ha aumentado de 9,4 a 14,1 kWh, no ha variado el peso de la batería, que está integrada debajo del suelo del maletero. Esta se recarga se carga completamente en 5,8 horas a través de una conexión convencional de 230 V con 10 A. Si, en vez del cargador de 3,6 kW de serie, se utiliza el cargador de a bordo de 7,2 kW opcional y una conexión de 230 V con 32 A, la batería del Panamera se ´reposta´ en tan solo 3,6 horas.

del papel al asfalto

Todas estas cifras y datos pueden marear a los que no sepan mucho de coches, o no estén familiarizados con la nueva tendencia híbrida, así que vamos a trasladarla a un caso práctico que nos propuso la marca en la presentación del modelo.

Se trataba de hacer un recorrido en el que comprobar esa combinación de eficiencia y deportividad, haciendo uso para ello de toda la tecnología de la que dispone el Panamera híbrido enchufable.

La primera parte de la jornada consistía en una prueba de consumo en un recorrido de más de 100 km, en la que era vital realizar una conducción eficiente y saber combinar bien los distintos modos de conducción que incluye el paquete de serie Sport Chrono. En esta variante eléctrica, además de los ya conocidos ´Sport´ y ´Sport Plus´, se suma el ´E-Power´, ´Hybrid Auto´, ´E-Hold´ y E-Charge´.

Iniciamos el reto por el centro de Madrid en el modo 100% eléctrico ´E-Power´. La marca anuncia una autonomía sin emisiones de 50 kilómetros, una cifra muy cercana a lo que conseguimos realizar , incluso siendo gran parte de ellos por autovía y a velocidades que superaron no por poco tiempo los 120 km/h. Porsche indica que el tope eléctrico se sitúa en 140 km/h.

Tanto como la autonomía nos sorprendió la facilidad y ligereza con la que el motor eléctrico movía las casi 2,4 toneladas que pesa este Panamera. Al agotarse las baterías se conectó el modo ´Hybrid Auto´, que combina automáticamente las fuentes de accionamiento para lograr la conducción más sostenible posible. Con éste llegamos hasta Rascafría, en el corazón del Parque Natural de Peñalara.

Fue en este punto donde comprobamos la gran eficiencia del Panamera 4 E-Hybrid, que en el mejor de los casos logró llegar hasta lo alto de este puerto con un consumo de 5,2 l/100, una cifra que no son los imposibles 2,5 l/100 km que anuncia la marca pero que resultan excepcionales para las prestaciones ofrecidas, el peso del vehículo y la exigencia de la subida.

Espíritu deportivo

Comprobada la parte más sostenible de este modelo, tocaba disfrutar en la segunda parte de su lado más deportivo. Para ello subimos y descendimos el puerto de Navacerrada haciendo uso del modo ´Sport Plus´, con el que se disfruta de todo el potencial del coche, además de elevar al máximo a capacidad de recarga de las baterías.

Fue en esta parte cuando salió a relucir el insuperable chasis que del que ya dimos buena cuenta en la presentación de los Panamera de combustión. Pese a sus grandes dimensiones y elevado peso, este coche transmite una gran sensación de control y seguridad, lo que invita a mantener ritmos elevados, incluso por las reviradas carreteras de este puerto de montaña. La ausencia de inercias es gracias a elementos como la tracción integral permanente o la inteligente distribución del par entre los ejes, mientras que la ligereza que se siente a los mandos de este ´mastodonte´ se debe su gran potencia, incrementada en este caso con la entrega de par motor inmediata del motor eléctrico.

Ya a los pies del puerto, y todavía con una sonrisa en el rostro, comprobamos que las baterías se habían recargado por completo, lo que nos permitió volver al punto de inicio en modo 100% eléctrico. ¿Qué más se puede pedir?. Eso sí, para gozar de todas estas ventajas hay que desembolsar los más de 110.000 euros que cuesta la variante híbrida del Panamera, y que en el caso del Executive sube hasta los 120.000 euros. Pero el modelo más exclusivo es el Panamera Turbo S E-Hybrid Executive que está por encima de las 200.000 euros.