El futuro de nuestro modelo turístico se ha convertido este año en uno de los temas destacados del debate público. Los efectos positivos de la actividad turística en la economía de las islas y en el mercado laboral son evidentes. Después de los años más duros de la crisis, en estos momentos el turismo está siendo el motor de la recuperación económica y de la creación de puestos de trabajo.

Ahora bien, también es un hecho que esta temporada, además, el crecimiento del número de visitantes (favorecido por la coyuntura de nuestros destinos competidores) ha aumentado la percepción de saturación y ha surgido la duda que en los próximos años se pueda superar la capacidad que nuestros limitados recursos pueden tolerar.

El Govern apuesta por un turismo sostenible y responsable, con tres ejes principales: Sostenibilidad medioambiental, económico y social. Queremos un turismo que genere menos impacto en el territorio y consuma menos recursos al mismo tiempo que gane competitividad, y que cuente con mecanismos para compensar la huella ecológica que provoca y para redistribuir la riqueza que genera.

Uno de estos mecanismos es el Impuesto del Turismo Sostenible. Con él podremos financiar proyectos para conservar, mantener y regenerar nuestros espacios naturales y nuestros recursos.

Otro mecanismo en este sentido será la nueva Ley General del Turismo, que impulsaremos los próximos. La modificación pondrá el énfasis en la calidad de nuestra oferta, porque tenemos que ser conscientes que, a medio y largo plazo, es decir, en el momento en que se recuperen nuestros competidores norteños de África, no podremos ni querremos competir con precios. Tenemos que poner en valor y proteger aquello que nos puede diferenciar: Nuestra cultura, nuestros paisajes y el medio ambiente.

La firme apuesta del Govern por un modelo turístico sostenible tiene potencial, más que nada porque nuestros mismos visitantes están sensibilizados por este tema. Incluso los empresarios del mundo turístico descubren las ventajas de la sostenibilidad, el ahorro energético que se convierte en ahorro de gastos, y como característica exclusiva por la cual el cliente está dispuesto a pagar un precio más alto.

Tenemos que reconocer que todavía nos queda un largo camino hasta llegar a una sosteniblidad real del turismo. Desde un punto de vista realista, se trata de encontrar un equilibrio: Tenemos que poder equilibrar la actividad que más aporta al PIB de las Islas con la protección del medio ambiente.