La final del Mundial de este domingo, que enfrentará a Alemania y Argentina en el estadio de Maracaná, será la final de las cuentas pendientes para ambos equipos y también para algunos de sus componentes, como Miroslav Klose y Leo Messi.

Por un lado, Alemania busca resarcirse de la final que perdió en 2002 en Tokio ante el Brasil de Ronaldo, Ronaldinho y Rivaldo. Una final en la que Oliver Kahn, el guardameta más fiable del torneo, no tuvo uno de sus mejores días y falló en el primer gol de Brasil, anotado por Ronaldo. Luego llegaría otro más de ‘El Fenómeno’, que contribuiría a dar a la ‘canarinha’ el campeonato del mundo. En aquella final estaba Miroslav Klose.

Era la primera participación del futbolista alemán de origen polaco en un Mundial, y pese a que hasta entonces había demostrado ser un auténtico cazagoles, aquel día nada pudo hacer la defensa brasileña. Klose, convertido en el máximo goleador en la historia de los Campeonatos del Mundo, está ansioso por levantar la Copa de campeón de Brasil 2014 y desquitarse de la decepción de Corea Japón 2002, cuando Alemania perdió la final contra Brasil.

En aquella edición ya formaba parte de Alemania Klose. Entonces titular incuestionable. Ahora su papel ha cambiado. Es un jugador de partidos y momentos. Y rinde, tal y como ha demostrado en Brasil 2014.

"Tenemos que dar todo el domingo. Yo se lo que se siente al perder una final. Quiero levantar al aire la Copa. Queremos que el domingo se ponga la guinda al pastel y por fin llegue la coronación", ha explicado el atacante del Lazio.

Argentina

Pero Argentina también quiere desquitarse de sus desdichas. Y esas dicen que en 2006 cayó en los penaltis ante Alemania en el estadio de Berlín en la ronda de cuartos de final y de que cuatro años más tarde volvería a caer en la misma ronda, pero esta vez por un resultado más contundente: 4-0.

Aquel día, la Argentina dirigida por Diego Armando Maradona se mostró impotente ante la lección de fútbol y eficacia que ofreció el equipo germano. Dos goles de Klose, otro de Friedrich y otro más del siempre presente Thomas Muller sepultaron las esperanzas de la albiceleste, donde Messi vivió su jornada más triste.

La Argentina de Maradona y la Alemania de Lothar Matthaus se midieron en dos finales consecutivas de Mundiales con igualdad en el balance: la del 86 fue para la Albiceleste y la del 90, para La Mannschaft. Ahora se resolverá el empate. La tradición dice que en suelo americano nunca ha ganado una selección europea, pero lo cierto es que el equipo de Löw es el que parte con el cartel de favorito.