Los desajustes y la falta de previsión del Comité Organizador de los Juegos Olímpicos de Londres 2012 llevan a maltraer a los tenistas de Londres 2012.

Las casas alquiladas en Wimbledon por la Federación Española de Tenis, a escasa distancia del All England Club, han sacado de más de un apuro y de una emergencia a la delegación de los tenistas de la Armada española.

"Hay muchas horas muertas y la organización en los Juegos Olímpicos es diferente en Wimbledon y aquí, al ser todo nuevo, no es fácil", indicó el tenista español David Ferrer. Ferrer destacó lo complicado que le ha resultado conseguir un plato de pasta tras demorarse su partido a causa de la lluvia.

"En relación a la comida, no hay pasta antes de las 11.30. He tenido que llamar a Luis Badal, el fisioterapeuta que está en la casa que la Federación ha alquilado aquí cerca para que me hiciera un plato de pasta", relató.

Lo que inicialmente era un recurso y una previsión para que los jugadores descansaran, dada la distancia entre el recinto tenístico y la Villa Olímpica, en las vísperas u horas posteriores a los partidos designados, ha terminado por convertirse en una cocina, según supo EFE de fuentes de la RFET.

Además, la comida es escasa para los deportistas. La organización solo hace entrega de un recibo para una diaria. Si los jugadores pretenden volver a alimentarse en momentos posteriores tiene que correr de su cuenta o ser aprovisionados por los miembros del equipo, siempre pendientes de obtener recursos con rapidez.

Los entrenamientos es otro aspecto que lleva de cabeza a los tenistas. En este sentido, los españoles han sido los más previsores, al alquilar las instalaciones del Club Harlington, club próximo a Wimbledon, donde los jugadores han podido ejercitarse sin limitación alguna.

Sin embargo, cuando han querido tomar contacto con las canchas del All England Club han surgido los problemas. El mítico club londinense solo ofrece siete pistas de entrenamiento, que deben acomodarse a las solicitudes de los cerca de 200 participantes en el torneo olímpico. Ha sido inflexible la entidad de Wimbledon, que no ha accedido a ofrecer las de sus socios a pesar de que están desocupadas durante casi todo el día.

El caos organizativo alcanza también a la petición de entradas. La delegación española ha tenido que estar pendiente día y noche de la posibilidad y forma de poder adquirir, previo pago, localidades para los familiares de los jugadores, que ya viajaban para ver los partidos. Complicaciones tanto en la adquisición como en el abono de las entradas.

Las carencias del sistema, que la delegación española achaca al Comité Organizador de los Juegos y no a la Federación Internacional de Tenis (ITF) se extienden a otros asuntos más simples como la imposibilidad de contemplar por televisión en las instalaciones de jugadores otros partidos o acontecimientos de la competición y algunos relacionados con la falta de previsión.

Entre ellos, la organización permite un fisioterapeuta por delegación, independientemente del número de integrantes que tenga el equipo. España, que junto con Estados Unidos, es la más cuantiosa, con doce tenistas, solo puede contar con un especialista, al igual que otras delegaciones, como la India o la luxemburguesa, con apenas componentes.