"No me suena de nada el clan de La Paca. Lo único que sé es por la televisión o por los periódicos". Enrique M.N., El Kike, uno de los supuestos proveedores de droga de la famosa matriarca de Son Banya, negó ayer dedicarse al narcotráfico y se desvinculó de los hechos. El presunto cabecilla de uno de los grupos de narcos de Barcelona, que se enfrenta a 17 años de prisión, explicó que en 2008 se ganaba la vida con la compraventa de coches y con un bar musical llamado ´El túnel negro´. El hombre fue el primero en ser interrogado en el macrojuicio por el caso Kabul, que ayer se reanudó en la sala especial habilitada por la Audiencia de Palma en el polígono de Son Rossinyol.

Se trata del mayor caso de la historia de Balears por narcotráfico. Una cincuentena de personas que presuntamente integraban seis clanes distintos de narcos entre 2007 y 2008 se sentaron ayer en el banquillo de los acusados. La fiscalía solicita para todas ellas una condena de 697 años de cárcel por delitos contra la salud pública, receptación y tenencia ilícita de armas. La operación Kabul culminó en el verano de 2008 cuando la Guardia Civil descabezó el poderoso clan de La Paca. Luego, fueron cayendo los grupos de proveedores e intermediarios que supuestamente abastecían a la matriarca desde Barcelona.

Ayer le tocó responder ante el tribunal a uno de estos clanes, el de El Kike, cuyos integrantes rechazaron los cargos. Tanto el líder como los otros nueve miembros se negaron a contestar a las preguntas del fiscal. La mayoría solo respondió a sus abogados defensores. Hoy está previsto que sea el turno de otros grupos de narcos como El Dani, El Chupi o Los Jodorovich. Mientras, la matriarca Francisca Cortés Picazo, La Paca, declarará ante la sala la semana que viene.

El Kike negó haber traficado con estupefacientes y haber organizado grandes envíos de cocaína y heroína desde Barcelona para los clanes de La Paca, El Joaquín o Los Valencianos. El supuesto cabecilla rechazó haber utilizado a personas o correos para introducir alijos en Mallorca. Según su versión, vivía en Viladecans y se dedicaba a la compraventa de vehículos y a un bar musical. "Recibía muchas llamadas al móvil. Me llamaban muchos compradores de coches. Yo hacía de intermediario y me llevaba un porcentaje por cada venta", aseguró el procesado, quien admitió que no tenía papeles de las operaciones comerciales que realizaba. El hombre también reconoció que en marzo de 2008 pudo viajar a Palma para cobrar una deuda por un vehículo, pero no por droga. El Kike, que alegó que era consumidor de cocaína, heroína y pastillas, destacó que no conocía a ningún imputado de la sala, a excepción de Dinamary, con la que tuvo una relación sentimental, y El Moi, un familiar lejano.

Sus subordinados aseguraron en el juicio que no le conocían. Solo su presunto lugarteniente apuntó que trabajó para él en su bar como camarero y que en una ocasión le invitó a ir a Mallorca y le pidió que le embarcara su coche. Otro de sus hombres de confianza dijo que no tenía ninguna relación con él. Mientras, la antigua novia del líder recordó que estuvo en la isla dos veces con él. Por su parte, tres correos del clan interceptados en 2008 en Palma y Alcúdia con tres kilos de cocaína y cinco de heroína guardaron silencio ante el tribunal.