"Hay que ver lo que tiene esa mujer en su casa". Uno de los guardias civiles llegados de Madrid para participar en la "operación Kabul" apenas sabía nada de "La Paca", ni de su familia, ni de las historias que cuentan de ella. No sabía que estaba considerada la principal vendedora de drogas del poblado de Son Banya. Pero lo que le quedó claro al entrar en su casa es que su fortuna era inmensa. Y no se equivocaba porque Francisca Cortés había ganado tanto dinero vendiendo droga que ni ella misma sabía lo que tenía.

En el poblado sólo había miseria. Las ratas se escondíab entre las ruedas de los coches deportivos ya abandonados. Pero al fondo aparecía una casa de color rojo. No era precisamente una chabola. "Es que allí vive La Paca", aclaró entonces un espontáneo. El chalé, de dos plantas, no gozaba de un paisaje con vistas al mar, pero no le faltaba detalle: los mejores equipos de música, el último modelo de televisión y cerámicas de la mejor calidad. Dinero no faltaba para invertir. No importaba lo que valgan las mejoras, "La Paca" quería lo mejor y siempre pagaba al contado.

Los guardias habían quedado citados a las tres de la mañana de aquel 3 de julio de 2008. Llegaron en la noche del martes y se marcharon por la mañana. Eran agentes de asalto de la Guardia Civil venidos de Madrid y Valencia. No se asustaban ante situaciones conflictivas. Estaban acostumbrados a actuar.

Son Banya nunca se cierra, ni de día ni de noche. Los traficantes no descansan. El negocio es el negocio y a cualquier hora se puede comprar droga. Pero en esas operaciones lo importante era -y es- el factor sorpresa. Los vecinos del poblado si no ven a muchos policías merodeando por la zona se confían. Y si se confían es cuando hay que actuar. Lo que no podía creerse nadie es que a las seis de la mañana iban a entrar en el poblado más de 200 agentes, armados hasta los dientes, con el apoyo aéreo del helicóptero y se iban a llevar por delante a todos los traficantes. Ni tampoco se imaginaban que iban a registrar palmo a palmo el poblado para localizar la droga. Lo importante no era la cantidad, porque hay tantos escondites en el poblado que es fácil esconderla, lo importante es desarticular a los clanes del narcotráfico.

No eran rostros desconocidos las personas que iban saliendo de las casas del fondo de camino a los vehículos de la Guardia Civil. Primero lo hizo "El Tarta", el marido de "La Paca". Después lo haría su hija, "La Guapi", que antes de meterse en el coche quiso mostrar su trasero en las cámaras. Y por último la matriarca, "La Paca", que tanto le da aparecer en una entrevista en televisión como salir escoltada por la Guardia Civil. Hasta una docena de agentes la acompañaban desde su casa hasta el vehículo que más tarde la llevaría hasta la Comandancia de la Guardia Civil. No era la primera vez que "La Paca" es detenida y aunque ella declaró en su momento que desde que entró a formar parte del colectivo de la Iglesia Evangélica ya no vendía droga, las pruebas que ha iba recogiendo la Guardia Civil indicaban todo lo contrario: seguía traficando y continuaba siendo ella quien domina el tráfico de drogas en el poblado.

La mayor parte del narcotráfico en el poblado se concentraba en la calle 4. Se trataba de un auténtico "búnker" para vender droga.

Meses de investigación

La llamada "operación Kabul" fue el fruto de meses de investigación de la Guardia Civil, coordinada por el juzgado de instrucción número 8 de Palma. Ese 3 de julio de 2008 se montó uno de los dispositivos policiales más importantes que se habían organizado en los últimos años en Balears. El objetivo era más que claro: desarticular a los clanes del narcotráfico de Son Banya. Parece que el objetivo se cumpli