Apenas tres días después de encontrar el cadáver de Ana, la Guardia Civil puso cara al presunto asesino: Alejandro de Abarca Barnet, español de 32 años. Este hombre, al que apodan 'el Enano' cumplía condena y estaba ya en tercer grado, por lo que gozaba de permisos de fin de semana. El 19 de julio de 2010, el día del crimen, no reingresó en el Centro de Inserción Social de Palma.

Tras tres días de intensas pesquisas la Guardia Civil logró acotar sus sospechas sobre este delincuente, con antecedentes por robos con violencia, allanamiento de morada y contra la seguridad del tráfico. Los investigadores creen que el hombre atacó a la joven en Palma, poco después de las siete de la mañana del lunes, cuando ella se dirigía a abrir el bar que regentaba en la calle Socorro, cerca de los juzgados de sa Gerrería.

Las hipótesis policiales contemplaban la posibilidad de que la joven, que conducía un Audi A4 negro, le diera un golpe a la bicicleta con la que se movía el sospechoso. A partir de ahí pudo derivarse una discusión y una agresión. Existía la posibilidad de que el hombre hubiera visto anteriormente a la joven y estuviera esperándola emboscado.

La Guardia Civil trabajaba con la hipótesis de que el hombre pudo retener a la mujer a la fuerza y se marchó con ella en el coche. Con ayuda de testigos y grabaciones de distintas cámaras de seguridad los agentes lograron reconstruir parcialmente el periplo que siguieron hasta que, sobre las nueve de la noche del lunes, apareció el coche envuelto en llamas en el Camí de s´Amarador, junto a s´Albufera, con el cadáver de la joven en el maletero.