Dentro de poco los propietarios de las viviendas que se ofrecen en el mercado balear de alquiler y venta tendrán que asignar al inmueble su etiqueta energética, buscando para ello un técnico certificador. Y con esta búsqueda nos surge la pregunta, ¿constituye sólo un papeleo más?

Para resolver nuestras dudas, acudimos al responsable de comunicación de la plataforma nacional especializada en la certificación energética, CertiFACIL, Juan Ramos, quien asegura que: “Es un grave error pensar que el del certificado energético es un trámite más”- y explica- “En los países en los que ya está en vigor esta normativa, se ha producido la llamada depreciación energética”. Según Ramos, “las viviendas que tienen deficientes aislamientos y equipos climatizadores antiguos (habitualmente las más modestas) se deprecian en el mercado inmobiliario en favor de las mejor equipadas.”

Cómo se realiza el cálculo

Hasta el momento sólo existen dos programas homologados para poder realizar el cálculo de la etiqueta. Ambos trabajan con los datos de partida que les suministra el técnico y que expresan el rendimiento de los equipos térmicos y la calidad de aislamiento térmico de los suelos, techos de la vivienda

A falta de un análisis del técnico, el propio programa puede ofrecer automáticamente estas cifras de partida, llamadas datos por defecto. El problema es que estos valores están siempre del lado de la seguridad del cálculo, lo que quiere decir que son bastante más bajos que los reales, que sólo se obtienen con un análisis detallado y profesional.

“Si no la calidad del servicio se ve seriamente comprometida, y con ella los intereses del cliente. Nuestra plataforma ha realizado una investigación estadística sobre una muestra de 500 certificaciones repartidas en varias zonas climáticas, y el resultado no deja lugar a dudas. Si se utilizan solo los valores por defecto, la etiqueta se perjudica en dos grados. Lo acaba pagando el cliente en la valoración de su vivienda”

“Por ejemplo, estos valores por defecto atribuyen a la bomba de calor genérica un rendimiento del 150%. Pues bien, los valores reales de los modelos más modernos superan el 320%. Sólo con este valor por defecto la etiqueta empeora un grado. El resultado no tiene nada que ver con la realidad”, señala Juan Ramos

La importancia del técnico

En la práctica, la nueva certificación energética en Mallorca, también corre el riego de convertirse en una auténtica tasación energética.

“Es necesario advertir a los propietarios de la necesidad de contratar a un técnico certificador con los conocimientos específicos necesarios para optimizar el cálculo defendiendo siempre el interés del cliente”- y añade-“Si ahora, por ejemplo realizáramos una inspección a la vivienda con un técnico certificador no cualificado es muy probable que a la vivienda le sea asignada una etiqueta energética injustamente baja, peor que la que obtendría con un estudio más profesional.“

La posibilidad que ofrecen ambos programas de usar datos por defecto no significa que el técnico esté autorizado a usar estos datos por sistema, ya que sólo deberían usarse en los casos en que no sea posible medir, deducir o estimar los valores del elemento. El programa de cálculo denomina las cifras así obtenidas 'datos estimados' y 'datos conocidos'. Para ser capaz de determinarlos el técnico necesita formación específica y dedicarles el tiempo necesario, siempre diez o más horas para todo el trabajo”

El técnico está obligado a justificar sus cálculos, adjuntando al certificado un detalle de todas las pruebas y comprobaciones que haya realizado, estando sujeto su trabajo a la inspección del organismo autonómico que corresponda.

Sobre este aspecto Juan Ramos nos dice: “El propietario mallorquín debe perder saber que es responsable de la existencia y exactitud de la etiqueta energética, y el titular de las posibles sanciones. Lo único seguro es confiar estos trabajos a técnicos con la necesaria formación específica y que dediquen el tiempo que necesita. Así sus intereses estarán a salvo”.