De Units Podem Més a Units Podem Res. Menos que por separado. Y solo unidos ya en la idea de que la responsabilidad del pinchazo es del otro. Para muchos en Podemos, la culpa es de Més y de Esquerra Unida, partidos de siempre que desvirtúan lo nuevo, en una alianza que aceptaron a regañadientes y solo porque desde la calle se les insistía en la necesidad de ser responsables y unir fuerzas contra la derecha de los recortes, la desigualdad y el maltrato a las islas. Para Més, la explicación hay que buscarla más en la desmovilización general de la izquierda, precisamente porque electores poco ideologizados que vieron una propuesta transversal alejado del rojo comunista se habrían repensado su apuesta ante el bombardeo mediático al grito de "que vienen los comunistas".

El caso es que por el camino se han volatilizado 39.000 votos: de los 156.956 que sumaban por separado en diciembre Podemos (111.628), Més (33.877) y Esquerra Unida (11.451) se ha pasado a los 117.812 que juntaron entre los tres el domingo. ¿Dónde fueron? Pues a la abstención la mayoría, algunos al PSOE y pocos, muy pocos, a Sobirania. "Los de Sobirania son los 7.000 votos de siempre de ERC en las islas", resume desde Més el candidato de Units Podem Més Antoni Verger, que cree más en la hipótesis de una leve fuga de votos al PSOE y, sobre todo, en una desmovilización de la izquierda que resultó letal porque al mismo tiempo el miedo reactivaba a la derecha.

"El miedo le ha funcionado al PP, que basó la campaña en eso. Y la abstención de izquierdas quizá es la frustración porque no se materializó el cambio de diciembre. El 20D, Podemos tuvo mucho voto en el Estado de cabreo, muy transversal, con gente no ideologizada, que ahora al ver que no ha servido para el cambio igual se han quedado en casa. Y al mismo tiempo, quizá a muchos les ha desanimado que se dijera que se iba a pactar con el PSOE. Estos equilibrios son muy complejos y lo que ganas por un lado se va por otro", analiza Verger, que apuesta por un cúmulo de factores y descarta la explicación única de las últimas horas: los de Més se han quedado en casa.

"No es así. Hemos mirado pueblo a pueblo, y se incorporó de media el 60% del voto de Més al de Podemos. En algunos, como Montuiri, la suma es total, como en Sencelles. En Sóller se suma la mitad, y en Artà, Esporles, Bunyola, Campanet y otros se incorporan a Podemos dos terceras partes del voto de Més", abunda Verger. Y los datos le dan la razón: Units Podem Més sube en casi todos los municipios y se consolida en ellos como primera o segunda fuerza. La clave es Palma, donde Podemos obtuvo en solitario más votos que ahora en coalición, cuando se han esfumado 15.000 apoyos. ¿Por qué? Pues por todo lo anterior: desmovilización de izquierda, desilusión con la coalición de votantes de los tres partidos y fuga de apoyos a PSOE y Sobirania. Todo suma, o, mejor dicho, Palma resta en el análisis de los resultados de Units Podem Més. O res.