Las segundas elecciones generales dejan en Balears la misma foto fija: 3-2-2-1 (PP, Podemos y sus confluencias, PSOE y Ciudadanos). El mapa político no sufre alteraciones en escaños respecto al 20-D, ni en el Congreso ni en el Senado. El PP vuelve ser el ganador de los comicios, y además sube en número de votos, logrando el 35%. Podemos, que fue el gran triunfador hace seis meses, sufre el gran batacazo al no lograr su pretendido sorpasso a los populares; su coalición con Més y Esquerra Unida solo suma algo más de 6.100 fotos en comparación con las anteriores elecciones, un fracaso teniendo en cuenta que por separado en diciembre los tres partidos sacaron 156.000 sufragios, y con la confluencia esperaban quedarse en los 140.000 como mínimo. Queda claro que las bases de Més no han secundado la marea a la que se entregó incondicionalmente el aparato.

El PSIB-PSOE, que fue el claro perdedor el 20-D, en esta ocasión se recupera levemente: crece unos 4.600 votos y, lo más importante para Francina Armengol, mantiene sus dos escaños. En cuanto a Ciudadanos, también tiene motivos para la celebración, ya que conserva el mismo porcentaje de voto (más del 14,5%) y su diputado.

En las islas, izquierda y derecha vuelven a empatar en escaños, 4 a 4, aunque la derecha aventaja en porcentaje. Medio año atrás, el bloque conservador aglutinó a casi el 44% de los votantes. Ahora, PP y Ciudadanos rozan el 50 por ciento, mientras que socialistas y la marea podemista suma el 45%. Balears regresa así a la tónica de 2011, donde uno de cada dos ciudadanos votó conservador.

Las encuestas pinchan

Las encuestas no acertaron, y el 3-3-1-1 que vaticinaban no ha sido tal. En esta segunda cita con las urnas, en clave local lo que se jugaba era si Unidos Podem Més adelantaría al PP y se convertiría en la primera fuerza política, y si arrebataría el segundo escaño al PSIB, dejando a la presidenta del Govern en una delicadísima situación. No ha ocurrido ni lo uno ni lo otro.

El PP balear salió ayer noche con aire triunfal en el balcón de su sede central en Palma. Tenía motivos para ello. La lista que encabezaba Teresa Palmer se demuestra mejor que la que lideraba el exalcalde Mateo Isern, recuperando casi 21.700 electores respecto al 20-D, y escalando seis puntos. La próxima diputada en el Congreso por las islas se vanagloriaba de que los planes del sorpasso de Podemos se fueran al traste. Los populares le sacan a los podemistas 45.000 votos de diferencia; en los pasados comicios la brecha fue de 29.000. Aún así, el partido hegemónico se queda a mucha distancia de los 217.000 papeletas que obtuvo en 2011.

La subida de los populares se visualiza con claridad en Palma. El PP de José María Rodríguez consigue 8.000 apoyos más que en diciembre, sube casi un 6% más. Esa tendencia positiva se contagia al PSOE, que también crece en la capital unos 2.000 votos (2% más) que el veinte de diciembre. Ciudadanos se mantiene en Palma, y Unidos Podem Més no despega. La coalición con Més y EU no ha tenido el efecto deseado, y entre los palmesanos por contra incluso consiguen menos votos que en los anteriores comicios, con Podemos presentándose en solitario. En Calvià y Llucmajor se da esa misma tónica con la ´marea´ balear.

Ciudadanos pierde casi 4.000 votos, pero en las islas los de Xavier Pericay aguantan mejor que Albert Rivera. Los 13.000 votos de El Pi, esta vez huérfanos, se han repartido entre el PP y el PSOE, como preveía Jaume Font. Un factor más que explica la ligera remontada de los dos partidos tradicionales.

La peor parte se la lleva -una vez más- Més per Mallorca, que ve descartada completamente la posibilidad de colocar a un representante en las Cortes. Su votante soberanista ha dado la espalda a la alianza con Podemos, y los 34.000 apoyos del 20-D se han ido a la abstención, a Sobirania per les Illes y una parte al PSOE. Los 7.247 sufragios a la lista catalanista de Mateu Matas (Xurí) hubieran dejado en mejor lugar a la candidatura podemista de haber ido a caer en sus brazos (125.000 votos). Se demuestra que, en política, dos más dos no siempre suman cuatro.