A Francina Armengol se le notaba un cierto alivio tras comprobar que las urnas habían frenado la caída de los socialistas de Balears, tras el fuerte castigo electoral sufrido en los comicios de diciembre. También, aunque no lo dijera con claridad, el respiro que supone el que Podemos disponga de menos argumentos para elevar sus nivel de exigencia al Govern que preside. Con su habitual sonrisa, Armengol comparecía ante los medios de comunicación poco antes de las 23,30 para valorar los resultados electorales junto al cabeza de lista, Pere Joan Pons, y cargos del partido. Hasta entonces, la cúpula socialista balear había permanecido encerrada en un despacho siguiendo la evolución del escrutinio, mientras en una sala algunos cargos socialistas, como el alcalde palmesano José Hila y los consellers de Hacienda y Trabajo, Catalina Cladera y Iago Negueruela, seguían desde otra sala la evolución del recuento.

Con el 50 por ciento escrutado, los socialistas ya eran conscientes de que, a pesar del triunfo del PP, las urnas no les habían castigado más de lo que lo hicieron en diciembre. Con la sensación de haber salvado los muebles, y lejos de noches electorales en las que la sede socialista se llenaba de militantes, los pocos congregados permanecían a la expectativa, con rostros serios conscientes de que Rajoy tiene más posibilidades de seguir en La Moncloa que en diciembre y que las posibilidades de Pedro Sánchez se complican.

Hasta pasadas las 12 de la noche, los presentes no estallaron en aplausos. Fue tras la rueda de prensa de Armengol y Pere Joan Pons, cuando la líder del PSOE y el candidato aparecieron en la sala donde esperaban el resto de los socialistas que se dieron cita en el partido. Pons no ocultaba la tranquilidad de haber cumplido con su misión. "Este muerto está muy vivo", había declarado poco antes a los periodistas en referencia a unas encuestas que no se cumplieron y que daban por hecho que Units Podem Més podría dar el ´sorpasso´ al PP balear, agrandar la distancia con el PSOE y, todavía peor, hacerlo arrebatando a los socialistas uno de los dos escaños que conservaban.