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La entrevista

Albert Rivera: "Rajoy y Sánchez lo fían todo a ser presidentes y el enroque perjudica al país"

"Me preocupa que el PSOE sea muleta de Podemos en Barcelona; querría creer que irá a un acuerdo moderado, pero no pongo la mano en el fuego"

Albert Rivera.

El candidato de Ciudadanos se presenta como la alternativa “entre susto y muerte”, entre la continuidad del PP y el “populismo y el cambio a peor” de Podemos, como el único aspirante capacitado para “desatascar” tendiendo manos a derecha e izquierda. La entrevista se realizó antes de que se conocieran las escuchas del ministro de Interior a líderes independentistas catalanes y en las que el propio Rivera aparece implicado en conversaciones con el jefe Antifraude de Cataluña.

-¿Cada vez le cuesta más convencer de que no vamos hacia el mismo sitio del que venimos?

-No quiero decir que ya lo dije yo, pero la gente no se equivocó votando. Nos dio a cada uno unos millones de votos para gestionarlos y algunos, Rajoy e Iglesias, pensaron que la polarización y la táctica de buscar escaños iba a sacar a España de ésta, pero por desgracia no estamos en un momento que dependa de quién tiene tres escaños más o menos. El problema es que no tenemos gobierno y sí una amenaza de bloqueo y una obligación de ponernos de acuerdo. Por eso propongo a PSOE y PP que nos comprometamos a sentarnos ya el día 27 a una mesa sin condiciones previas, que en vez de ser un escollo facilitemos un gobierno y sobre todo que los líderes no miremos por el sillón, sino por la nación.

-¿A qué atribuye que las dos únicas fuerzas políticas que fueron capaces de firmar un acuerdo sean en las encuestas la tercera y la cuarta y sin demasiada previsión de mejora?

-Yo todavía creo que muchos españoles van a emitir un voto útil en favor de quienes podemos desatascar esta situación. Pido un voto de confianza, un empujón para poder ser decisivos y sentar en la mesa a los que nunca se sientan. Ciudadanos ha llegado a acuerdos con el PP y con el PSOE, pero ellos han primado los intereses de partido por encima de los de país. España no se encuentra sólo ante un problema, esto también es una oportunidad, y la manera de desactivar los problemas y el populismo como forma de canalizar el cabreo es que el país funcione, pueda ponerse en marcha y se regenere.

-Pero su mensaje no ha calado demasiado a vista de encuesta.

-Hay muchas formas de verlo. Estamos en una polarización tremenda y algunos han pretendido que esta campaña fuera una dicotomía entre susto y muerte, entre que todo siga igual o el populismo y el cambio a peor. Yo creo que hemos hecho un hueco importante. Las encuestas consolidan el centro político, que no existía como partido, y podemos conseguir los mismos o más apoyos que el 20-D.

-¿Cómo casa su pacto antisillones con el veto a Rajoy?

-Es lo mismo. Le puede llamar pacto antisillones o que cuando estemos en el Gobierno no nos llame Bárcenas para cargárselo. Los problemas de los partidos a veces vienen de que algunos piensan más en los sillones que en España. A mí me gustaría estar en un Gobierno para cambiar este país, pero si soy un obstáculo no seré el problema. Me gustaría que estas mismas palabras las pronunciasen Rajoy, Sánchez e Iglesias. De momento, no es el caso, pero seguiré insistiendo.

-¿Ciudadanos estaría más cómodo si pudiese pactar con el PP que viajando en el barco del PSOE?

-La pregunta clave no es con quién, sino para qué. Si vamos a mejorar la educación y la justicia, si vamos a generar empleo estable y de calidad y a luchar decididamente contra la corrupción, lo podemos hacer con el PP, con el PSOE o con ambos. Ahora bien, después de las elecciones habrá que ver quién tiene capacidad para negociar y qué pasa en esos partidos. Si en el PSOE hay cambio de líder, o corrientes que piden un relevo en el PP...

-Ha dicho que para negociar la Mesa del Congreso tuvo que hablar por un teléfono con Rajoy y por otro con Sánchez, porque entre ellos no se hablaban. ¿De verdad les ve capaces de llegar a entenderse?

-La diferencia entre el pacto del Congreso y el no acuerdo del Gobierno es que en aquél no estaban en juego las sillas de Rajoy y Sánchez. A veces hay que saber aceptar las circunstancias y nosotros lo estamos haciendo. En algunas autonomías podríamos haber pedido cargos y no lo hicimos, pensamos que era mejor pedir cambios que sillones.

-¿Están demasiado agarrados a las sillas?

-Tengo la sensación de que Rajoy lo fía todo a seguir siendo presidente a cualquier precio y de que Sánchez lo juega todo al mismo cartucho, pero yo no voy a hacer ninguna propuesta para ser presidente. Hay que saber leer la realidad y ahora la posición enrocada perjudica a España y beneficia a una o dos personas.

-¿Entendería que el PSOE pasase del pacto con Ciudadanos a los brazos de Podemos?

-Ese riesgo existe, y me preocupa ver cómo el PSOE acaba de entrar en el gobierno de Ada Colau en Barcelona. Hay muchos barceloneses y españoles que no entienden por qué el PSOE es la muleta de Podemos, y a mí me gustaría creer que va a cambiar y apostar por un acuerdo moderado, pero no pondría la mano en el fuego. Sería bueno que antes de votar los ciudadanos supieran si el PSOE va a formar parte de un Gobierno con Podemos o se tira hacia un pacto más moderado.

-¿No les pueden decir a ustedes lo mismo, que no aclaran a quién apoyarán?

-Yo sí me he inclinado, he dicho que me importa para qué, no con quién.

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