Seis meses después de las elecciones de diciembre, cabría resolver este análisis de los programas electorales con un mensaje sencillo: "Por su interés, repetimos las páginas publicadas el 17 de diciembre". Pero no será el caso: para evitar que su desinterés se acreciente en este día de la marmota electoral, el análisis es nuevo. Aunque se parezca mucho, porque los seis meses transcurridos no evitan que los errores y deficiencias de entonces se repitan ahora. El principal problema es la ausencia de Balears en el listado de promesas a cumplir e incumplir. La deficiencia sigue siendo común a PP y Ciudadanos, en cuyos programas oficiales las alusiones a las islas son prácticamente las mismas que en diciembre: escasas, casi nulas.
El PP se acuerda una vez de las islas, y para proponer algo que nadie ha pedido en Balears. Ciudadanos presenta a su vez un programa más resumido, en el que las dos referencias de diciembre se esfuman para dejar solo un compromiso programático nacional, sin espacio para estas islas.
El PSOE en cambio ha aprovechado el tiempo para matizar y ampliar el programa, que engorda en páginas y en alusiones a unas islas para las que promete vuelos baratos y atenciones a la insularidad. Pero poco más.
El auténtico salto cualitativo y cuantitativo en su relación con Balears lo da Podemos, algo atribuible a que hoy se presentan con MésMés. En diciembre les resumíamos el programa de Més como "el de Podemos, pero pensado desde Balears". Medida a medida eran prácticamente idénticos, con la diferencia territorial de que los ecocatalanistas de izquierdas de Més concretaban toda su propuesta en las islas y sus ciudadanos. Ahora unos y otros van juntos. El resultado es que el programa de Unidos Podem Més es realmente el de Més, no tanto porque ellos sean la fuerza dominante en la coalición (que no es el caso), como porque la propuesta es hoy casi la misma que presentaba Més en diciembre, con medidas calcadas a la de Podemos pero adaptadas a Balears. Esa simbiosis y la desaparición del escenario electoral del regionalismo de El Pi (que ha renunciado a las segundas elecciones por carecer de dinero para tanta campaña) hacen que la candidatura que más alude a las islas, sus inquietudes e intereses sea precisamente la de Units Podem Més.
Solo con ese corazón multicolor nacido de la fusión del círculo morado de Podemos y los logos de EU y Més entra Balears en la agenda programática nacional. Y lo hace con cuestiones que hace tiempo que son clave para estas islas, pese a estar casi siempre ausentes en la letra de ese contrato con los electores que se supone que son los programas. Por ejemplo, únicamente con esta irrupción llega al escenario nacional la propuesta de crear en Balears un IVA reducido, al estilo del impuesto recortado vigente en Canarias, donde pagan un 7%, en vez del 21% balear. En ese mismo sentido, se propone el ascenso de Balears al rango de región "ultraperiférica" europea, un tecnicismo que da ventajas a Canarias, pero de momento no a Balears.
También en esa irrupción de Més en la candidatura de Podemos se entiende la resurrección de un proyecto muerto: impulsar el tren de Llevant, prometido por inversiones estatutarias y liquidado por el Gobierno Rajoy, tras haber sido liderado desde el Govern Antich (2007-2011) por un político de Més que hoy es número tres en la lista de Units Podem Més, Toni Verger.
A su vez la formación de Iglesias mete en el programa común con Més y EU una idea que era de Podemos, "un plan de infraestructuras cofinanciado por el Estado" para dar servicio a los beneficiarios de la Ley de Dependencia. En la candidatura que liderada Pablo Iglesias además aparecen promesas que coinciden con las de Pedro Sánchez, como la tarifa plana para vuelos interislas. También el PP lo ha prometido a través de la ministra de Fomento, aunque no lo lleve en su programa. Es decir, gobierne quien gobierne, las excusas para no aplicar esta medida se habrán terminado, aunque nunca han hecho falta muchas excusas para traicionar al votante balear. Y lo mismo sucede con la financiación autonómica, que todos prometen mejorar. Lo raro sería que prometiesen empeorarla. Y lo imposible es que digan qué harán exactamente con ella. Quizá esa sea la única coincidencia plena en los programas de los tres grandes candidatos a presidir España tras este domingo, 26J, el día de la marmota electoral.
