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La prórroga

La banca rechaza el dinero de Podemos

La banca rechaza el dinero de Podemos

Un banquero mallorquín repite anualmente en este diario que el dinero le tiene miedo a Podemos. Sería más correcto afirmar que el dinero le tiene miedo a los bancos, pero dejarse arrastrar por la demagogia es menos divertido que rebatirla. Si el susto financiero es correcto, entonces el partido de Pablo Iglesias está cumpliendo con su misión. Si gracias a ello obtiene el favor de la mayoría de españoles que han colocado a la banca como la institución peor valorada del país, el partido emergente tiene "un gran porvenir por delante", en la célebre redundancia de Rajoy.

La próxima vez que pase por el despacho de este banquero para gestionar mis ingentes fondos, le preguntaré si su alergia le obliga a rechazar el dinero de votantes de Podemos. Me molestaría que mis módicos intereses estuvieran manchados por cantidades de procedencia diabólica, quizás incluso venezolana. La interdicción sanitaria debe extenderse a los dineros de hermanos de electores de Pablo Iglesias, de sus padres y así hasta la familiaridad en tercer grado. "Aquí no se admite dinero de Podemos" compondría el eslogan triunfal para una entidad financiera.

Entiendo que nuestro banquero tenga miedo de quienes sostienen disolventes que "los ricos juegan con otras reglas". Salvo que esta frase no es de Podemos, sino de un tal Obama. ¿También rechazaremos el dinero estadounidense? Sorprende tanta exquisitez bancaria en la isla de los hoteleros de Fidel Castro. La cadena mallorquina Meliá gestiona 28 complejos turísticos en la dictadura comunista caribeña, al cincuenta por ciento con el gobierno de la Habana. Por lo visto, no ha tenido ningún miedo, ni ha generado la mínima conmoción en nuestra conservadora sociedad mediterránea. ¿Lo rechazaría el ejecutivo bancario como cliente?

Ingenuos de nosotros, pensábamos que a las jóvenes generaciones de ejecutivos financieros mallorquines se les obligaba a leer una biografía del protobanquero Juan March Ordinas. El malabarista monetario estaría feliz con la muchachada de Podemos, no en vano pagaba la casa del pueblo de UGT mientras contrabandeaba con Franco. Nuestro banquero necesita un poco de marchismo. Y la repetición del "Pecunia non olet" de Vespasiano. Le recriminaron que gravara los lavabos públicos, y replicó que el dinero no huele.

Por desgracia, lo único que demuestra nuestro banquero es que toda decisión económica es política, contra las pretensiones científicas de su disciplina. Indica de paso a quién vota, y debe aclarar si un militante de Podemos está exento de los seis mil sucios euros que cada español paga para rescatar a Bankia.

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