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Las formas son el mensaje

Las formas son el mensaje

De la campaña del 20-D a la del 26-J, Pablo Iglesias, el líder de Podemos, ha pasado del enfado permanente a la contención. No siempre consigue disimular el tono arrogante y la indignación exagerada que acompaña sus discursos, pero lucha en cada intervención por transmitir un mensaje nuevo, positivo y en esta ocasión moderado. El cambio no va contra nadie, quiere transmitir Podemos en estos comicios, sino en beneficio de la mayoría. Su electorado es un receptor activo, el único movilizado de la campaña, un factor muy poderoso que todas las demás formaciones envidian.

Pedro Sánchez, en cambio, ha perdido de una campaña a otra y por el efecto demoledor de los sondeos su espacio como líder de la izquierda, una posición que intenta recuperar a marchas forzadas con alusiones constantes a una referencia fracasada. Nadie se atrevería a recordar aquel episodio. Pero él lo utiliza para presentarse como el único líder que intentó llegar a un acuerdo de Gobierno mientras las otras formaciones levantaban muros infranqueables.

Albert Rivera, su compañero de Ciudadanos en aquel pacto frustrado, juega en esta prórroga electoral a recuperar el terreno perdido. Es la alternativa al PP que no cumplió las expectativas, el socio de Gobierno con escaños insuficientes para dar una mayoría, un partido que sólo enfoca a un líder al que a veces la carrera electoral le viene demasiado grande y demasiado pronto. Se ha olvidado del contrato único que tanto vendió como la gran panacea. Y debilita su discurso la evidencia de que pactará con PP o PSOE a cambio de entrar en el Gobierno.

Rajoy es el factor invariable de la campaña. Es el mismo en esta carrera electoral que en la de hace seis meses y en la de 1996, cuando se convirtió por primera vez en ministro. Repite como un mantra el papel decisivo de su Gobierno en la recuperación económica y de ahí no sale, salvo que le pregunten de fútbol. Sus rivales le ridiculizan constantemente. Y ya hay más chistes de Rajoy que de Lepe. Pero esas chanzas subrayan su aspecto más humano y le benefician. Aspira a ganar las elecciones sin hacer nada.

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