-De sus tres rivales en Balears, Teresa Palmer (PP), Juan Pedro Yllanes (Units Podem Més) y Pere Joan Pons, ¿con quién se iría de vacaciones?
-Probablemente con Palmer. Creo que es la más simpática.
-¿Y con quién pactaría?
-Con quien acepte llegar a acuerdos en base a programas. Lógicamente tendrían que ser Palmer o Pons.
-¿Se apunta al "que vienen los rojos"?
-Bueno no es esa la cuestión, pero tampoco podemos ponernos de perfil y poner cara de susto cuando digamos "oye este era vuestro modelo, ¿qué pasa aquí ahora?". No se nos puede acusar de alarmistas. Ha habido un cambio de posición sin explicar por qué, con cambios sucesivos, transversales.
-Con el Pacto entre Albert Rivera y Pedro Sánchez ustedes dijeron que el PSOE había aceptado el 80 por ciento del programa de Ciudadanos. ¿Por qué entonces no votar al PSOE en lugar de a ustedes?
-Porque yo creo que es mejor que directamente nos voten a Ciudadanos para no perder tiempo. Que sean los del PSOE los que nos voten a nosotros.
-¿Qué personaje histórico le gustaría ser?
-Ya que estamos en política, me gusta el ejemplo de Cincinato. Llegó en un momento que entendía que era de necesidad y después se fue.
-En esta ocasión tampoco hay cartel electoral de Ciudadanos con su rostro. Sólo está el de Rivera. ¿Su partido no peca de exceso de culto al líder?
-Creo que esto se podía decir antes, pero cada vez es más evidente que en Ciudadanos están surgiendo figuras cada vez más conocidas. Es verdad que en las anteriores elecciones el nombre de Fernando Navarro era bastante desconocido, pero creo que esto ya no ocurre. En el ámbito nacional tenemos más nombres, como Inés Arrimadas, Girauta... Hay más banquillo.
-El CIS les deja en Balears con un escaño, lo mismo que el 20 de diciembre. ¿Decepcionado?
-No, en absoluto. Estamos creciendo en una situación difícil. Los partidos han conseguido polarizar la situación, con mensajes del tipo 'o nosotros o el caos'. Nosotros queremos convencer de que entre el inmovilismo y la ruptura hay un camino intermedio.
-Pero ustedes también juegan a eso de que viene el caos.
-Bueno, nosotros lo que vendemos es lo que le decía antes. Hay un partido cuyos líderes políticos nos han vendido hasta antes de ayer cual era su modelo. Ahora que ese modelo se ha revelado como un desastre, no nos podemos poner de perfil.
-Se refiere a Podemos, supongo.
-Sí.
-¿Dónde se ha revelado como un desastre su modelo si nunca han gobernado?
-En Venezuela. Y en Grecia.
-¿En los pocos días que llevamos de campaña le han dicho muchas veces que las elecciones son en España, no en Venezuela?
-Entendería que nos lo dijeran si no fuera porque para uno de los partidos que se presenta y que según las encuestas puede ser la segunda fuerza del país, su modelo es Venezuela.
-Hay países con acuerdos comerciales con España en donde los derechos humanos están siendo absolutamente pisoteados. ¿Por qué Ciudadanos no lo denuncia igual que hace con Venezuela?
-Pero nosotros lo hacemos. Claro que nos parece mal lo que pasa en esos países, pero no hay ningún partido cuyos líderes se hayan formado por ejemplo en Arabia Saudí y que su modelo sea el de Arabia Saudí.
¿Cuál es su peor defecto?
-Soy nervioso.
-¿Y el peor defecto que le achacan sin que usted se identifique con él?
-Buena pregunta. ¿Alguna sugerencia?
-No.
-Bueno... A ver, no es fama, pero puedo parecer más frío o antipático de lo que soy.
-¿Y la virtud que le adjudican y que usted no cree tener?
-Esa si consigo pensar en ella, creo que no se la diré. No hay que dar armas al enemigo.
-¿Qué virtud destaca de usted mismo?
-La seriedad y el respeto a las convicciones.
-¿Ciudadanos ha perdido la imagen de partido virgen, tras las elecciones del 20 de diciembre?
-Hombre, un coste seguro que ha tenido. Habrá gente que no le habrá gustado el pacto con el PSOE. Pero sinceramente creo que los que no han entendido este pacto, igual es que su partido no era Ciudadanos.
-¿Tras estos meses como diputado, sigue pensando que la financiación es el problema más urgente que solucionar para Balears?
-Sí. Es el problema básico, en general. Tenemos un sistema opaco, injusto y que de paso favorece el victimismo.
