La presidenta de Balears y líder de los socialistas de las islas, Francina Armengol, se mostró ayer partidaria de posponer el congreso del PSOE previsto para febrero hasta que se forme un nuevo Gobierno.

"Los procesos internos del partido se tienen que aplazar hasta que hayamos resuelto el tema de España", manifestó Armengol antes de participar en la reunión en la que el Comité Federal del PSOE estableció sus criterios para negociar su participación en el próximo Ejecutivo. La presidenta balear admitió que el 20 de diciembre su partido cosechó "unos resultados malos", por lo que corresponde al PP la iniciativa de la formación del Gobierno, pero si no tiene éxito "el PSOE estará a la altura de las circunstancias para intentar construir una España diferente".

"Me parece evidente que en este momento el problema que tenemos es España y los ciudadanos de España" y los efectos de las elecciones para el PSOE son una cuestión "subsidiaria", señaló. Para Armengol, "ningún ciudadano en toda España entendería que los socialistas nos preocupáramos de nosotros" en lugar de por la gobernabilidad. "En este momento no hay discusión sobre el candidato que hemos tenido, Pedro Sánchez, ni sobre el secretario general", que deberá liderar la formación de un Gobierno alternativo al del PP si Mariano Rajoy no consigue los apoyos necesarios para su investidura, insistió.

El comité federal del PSOE dejó ayer en el aire la decisión de aplazar o no el congreso ordinario del partido previsto para febrero, en el que los socialistas deberán dilucidar la continuidad de Pedro Sánchez como secretario general, tal y como acordaron los principales 'barones' con Sánchez.

No obstante, las federaciones de Castilla-La Mancha y Valencia, a través de sus secretarios de Organización, y la de Asturias, en boca de su presidente, Javier Fernández, pidieron en la reunión, que se celebró a puerta cerrada, que el congreso del partido se celebre a finales de febrero o principios de marzo, según algunos asistentes.

El último congreso ordinario del PSOE, el que enfrentó en Sevilla a Alfredo Pérez Rubalcaba y Carmen Chacón, tuvo lugar en febrero de 2012, puesto que el de julio de 2014, en el que fue elegido Sánchez, tuvo carácter extraordinario. Tras el 20D, Sánchez anunció que se presentará a la reelección, pero quiere retrasar el cónclave a la primavera para esperar a ver cómo se resuelve la formación de gobierno o si se convocan nuevas elecciones. La división de opiniones entre los líderes territoriales sobre si el congreso del partido debe retrasarse hasta la primavera, como pretende Sánchez, quedó patente ayer en las diferentes declaraciones a la entrada de la reunión, a pesar de que la dirección federal recalcó que en la cita era solo para hablar de pactos.