El sorpasso a gran escala que Podemos hizo a Més el domingo va a tener importantes repercusiones en la formación ecosoberanista. Son varios los dirigentes que urgen a adoptar otra estrategia de cara a unos eventuales comicios estatales. Hay partidarios de no volver a concurrir a unas generales -y poner fin a la histórica frustración de nunca haber obtenido un diputado en Madrid-, y otros de hacerlo en coalición con Podemos, vista la fuga de miles de votantes de Més a dicho partido el 20-D.

En esta última contienda electoral Més se ha arriesgado a competir con los partidos pujantes en una liga que nunca ha sido la suya. Sus votantes no le han acompañado en esta apuesta, y ahora algunos cargos del partido emplazan a sacar conclusiones y actuar, para evitar el desgaste a una marca ampliamente respaldada en las autonómicas de mayo.

El 24-M la formación de Biel Barceló sacó 65.637 votos, 2.769 más que Podemos; la ligera ventaja quedó disimulada al obtener Podemos un escaño más que los econacionalistas (10 frente a 9) por sus mejores resultados en Eivissa.

El domingo Podemos logró 77.485 sufragios más que Més, dejando a la mitad los apoyos del segundo respecto a las elecciones autonómicas. En Més son plenamente conscientes de la magnitud del trasvase de su electorado al partido de Pablo Iglesias. Muchos militantes conocidos reconocen haberse inclinado por el voto útil para desalojar a Mariano Rajoy de la Moncloa, aun lamentando votar con el “corazón partido”. La cita con las urnas deja el peso exacto del electorado nacionalista fiel a las siglas de Més: 33.931 personas.

“Ahora ya me he recuperado pero para mí fue un golpe duro y una gran decepción; pensé que esta vez sí lo conseguiríamos”. Un peso pesado de Més per Mallorca lamenta que su candidato Antoni Verger tampoco haya logrado el hito de ser el primer diputado nacionalista de Balears en el Congreso. “Antes mucho voto nuestro se iba al PSOE; ahora a Podemos”, resume la tónica tradicional.

Análisis mañanero

Los resultados del domingo han provocado gran desazón en el partido, donde reinaba el convencimiento de que esta vez Més sí pondría una pica en Madrid, aunque en el desarrollo de la campaña algunos ya vieron que las cosas no irían bien. Més fue el único partido balear que el lunes reunió a su ejecutiva para analizar las elecciones. Lo hizo a las ocho de la mañana, y aunque el comunicado oficial solo hablaba de generalidades, en realidad la cúpula ya inició un pequeño debate sobre el futuro.

Hay un sector que visto lo visto se decanta por ir con Podemos si finalmente se convocan nuevas elecciones ante la imposibilidad de formar gobierno en el Estado. Este grupo de dirigentes no cuestiona la táctica tomada antes de la campaña, de rechazar presentarse en coalición con los podemistas.

“En ese momento fue una decisión acertada, nuestra gente estaba ilusionada, veía que teníamos fuerza para ir en solitario, había margen para bajar los votos del 24-M y aun así que Verger entrara”, explica un defensor de coaligarse en el futuro con Podemos. Las primarias para elegir al cabeza de lista “habían ido muy bien, y Podemos era percibido entonces como más españolista por su indefinición sobre el proceso catalán”, añade este cargo ecosoberanista. Durante la campaña Podemos acentuó el discurso identitario, con guiños al electorado catalanista (el más evidente, el speech de Íñigo Errejón en el mitin del Palma Arena). El partido anunció el miércoles que potenciará ahora este mensaje en la part forana. “Es necesario”, dijo, porque “mucha gente” lo demanda.

En Més recuerdan que su mejor resultado en unas generales fue en 2004: la coalición con Esquerra Unida arrojó más de 40.000 votos, pero tampoco bastaron para conseguir el escaño. Si el 20-D Podemos y Més hubieran ido juntos, “tendríamos tres diputados y rozaríamos el cuarto, Toni [Verger] estaría ahora en el Congreso y seríamos primera fuerza por delante del PP”, aventura este partidario de la alianza Més-Podemos.

Pero a la vez han surgido voces que consideran más factible dejar de presentarse de ahora en adelante a las elecciones generales, como ya hizo Més en las últimas europeas. El importante ahorro para una formación con dificultades económicas que supondría evitarse afrontar más campañas es uno de los argumentos que pesan para esta opción. Sin ir más lejos, en estas últimas generales Més evitó repartir papeletas para el Senado en el habitual mailing, provocando algunas críticas internas por el agravio a la candidata Sara Martín.

Ante la falta de unanimidad, Més deberá abrir un debate profundo y acordar si irá con un socio o ya no irá. La opción de presentarse solos se queda sin adeptos.