¿Qué se esperaban? Incluso el PP, tan marcado por los escandalos de corrupción, ha hecho un enorme esfuerzo por renovar su imagen y adaptarse a los nuevos tiempos. Pero parece que en el PSIB no se han enterado de que soplan vientos de cambio y que la vieja política está en caída libre, y han presentado a dos auténticos dinosarios para intentar frenar la sangría. ¿Ha sido por incapacidad? ¿Porque no tenían a nadie mejor que ofrecer al electorado? ¿O porque el aparato del partido sigue siendo esclavo de años de servidumbres, de favores que hay que pagar?
Ahora ya da igual. El enorme trasvase de votos revela que el electorado de izquierdas ha encontrado en Podemos un ideal más ilusionante -tiempo tendrán, probablemente, de desencantarse-. Mientras, el PSIB tiene por delante cuatro años para afrontar una renovación real... o caer en la irrelevancia.
