Un diputado menos, la pérdida del senador a manos de Podemos, partido que le da el sorpasso superándole por más de 22.000 votos, y la caída en más de 40.000 votos respecto a las generales de 2011. Ese es el balance de una negra noche electoral para el PSOE balear cuya líder y presidenta del Govern, Francina Armengol, intentó quitar hierro alegando que los ciudadanos habían votado en "clave nacional" y no autonómica, de tal modo que se había producido un trasvase de votos de Més hacia Podemos.

Esa explicación, sin embargo, no encaja numéricamente con la profunda caída de los socialistas en Balears y su paso a tercera fuerza política de las islas. Consciente de eso, Armengol admitió los "muy buenos" resultados de Podemos y los "no buenos" para su partido. Se curó en salud afirmando que se trataba de una primera lectura y que el partido analizará con profundidad los resultados, aunque insistió en aferrarse al argumento de que parte del granero de votos de Més había servido para engordar al partido de Pablo Iglesias.

"Evidentemente nos hubiera gustado tener mejores resultados, pero se ha votado en clave estatal y no somos una Comunidad Autónoma típica, ya que tenemos una identidad más marcada que otras y hay partidos nacionalistas que en las generales no sacan un escaño pero sus votantes tienen un desplazamiento muy claro", afirmó para explicar por qué la irrupción de Podemos le había desalojado de su hasta ahora posición de segunda fuerza política en Balears, algo que no le ha ocurrido al PSOE nacional. Añadió que "los partidos más grandes pierden fuerza y entran en el reparto de escaños otras formaciones políticas nuevas que han tenido el apoyo de muchos ciudadanos", una descripción a la que no acompañó ninguna reflexión respecto al porqué los socialistas han perdido el papel de fuerza política más atractiva para el votante progresista o de izquierdas de Balears.

Eso sí, con independencia del análisis más profundo que pueda hacer la formación política de Balears, dejó claro que el sorpasso de Podemos no afectará a su Govern y a las relaciones entre los partidos del Pacto, en el sentido de dar más fuerza al partido de Jarabo a la hora de imponer sus criterios. Para Armengol "la gente sabe qué vota y las elecciones generales no tienen que ver con las autonómicas". Dicho de otro modo, la líder del PSOE considera que mantiene su posición de partido más votado de la izquierda en lo que se refiere al ámbito autonómico, a pesar del varapalo que le dieron ayer las urnas no para premiar al PP, sino a otro partido de izquierdas. "Tenemos un Govern muy estable, con una hoja de ruta marcada y tenemos absoluta tranquilidad", zanjó Armengol.

A su lado, el candidato al Congreso, Ramón Socías, repitió el mismo mensaje y prefirió fijar su mirada en las posibilidades de un Gobierno que desaloje al PP. "Cualquier alternativa de izquierdas pasa por el PSOE", se consoló Socías. Para Armengol, lo importante es que "se abre un momento político muy diferente, que exigirá mucha capacidad de diálogo" y en el que tiene claro que Pedro Sánchez debería llegar a La Moncloa. "Lucharemos para que haya un cambio político en España, que es lo que mayoritariamente han votado los ciudadanos", concluyó.