El programa del PP es el más difícil de analizar. Y no ya por aquello de que el anterior quedó anulado al día siguiente de las elecciones para ser incumplido en materias como la rebaja de impuestos, no. Simplemente, es que el PP esta vez ha escrito una especie de libro de adivinanzas, sembrado de generalidades con las que no pillarse los dedos. Se entiende "alguna cosilla", que diría el presidente Rajoy, pero hay pocas concreciones. A diferencia de 2011, ya no se habla de bajar el IVA turístico. Y tras el fiasco del TIL y con la comunidad educativa en pie de guerra contra la LOMCE de Wert, el PP se propone como programa de educación "el consenso". De partida lo van a tener difícil en Balears: dicen que garantizarán "el derecho de los padres a que sus hijos reciban la enseñanza en castellano". Para que luego digan que Bauzá no pinta nada en el PP.
Entre las ideas más desgranadas del programa de 167 páginas (el más corto entre los cuatro grandes partidos) está la propuesta de "unir España y a los españoles". ¿Y Balears? Tirando, aunque en el programa del PP está casi ausente. La primera y única vez que se refieren a las islas es en la página 21, en un punto dedicado a sociedad digital en "Baleares" (enunciadas desde Madrid, es decir, en castellano). La propuesta es promover "un plan de islas inteligentes para mejorar los servicios, facilitar la movilidad urbana y mejorar el respeto al medio ambiente". No adjuntan traducción, ni inversión en euros. El Gobierno que menos ha invertido en las islas sigue fiel a su tónica y en infraestructuras promete "extender el tren de alta velocidad". De vuelos insulares o transporte de mercancías en las islas, nada. Hablan de la insularidad, sí, pero para anunciar "políticas que permitan a los residentes en territorios no peninsulares la movilidad en condiciones de igualdad con el resto de los españoles". Tampoco hay traducción, ni inversión en euros, por lo que cabría colegir que, con lo de "igualdad", quieren decir que harán un AVE a la península.
Partido Popular: Una alusión a las islas, y sin promesa concreta
El programa del PP es el más difícil de analizar. Y no ya por aquello de que el anterior quedó anulado al día siguiente de las elecciones para ser incumplido en materias como la rebaja de impuestos, no. Simplemente, es que el PP esta vez ha escrito una especie de libro de adivinanzas, sembrado de generalidades con las que no pillarse los dedos. Se entiende “alguna cosilla”, que diría el presidente Rajoy, pero hay pocas concreciones. A diferencia de 2011, ya no se habla de bajar el IVA turístico. Y tras el fiasco del TIL y con la comunidad educativa en pie de guerra contra la LOMCE de Wert, el PP se propone como programa de educación “el consenso”. De partida lo van a tener difícil en Balears: dicen que garantizarán “el derecho de los padres a que sus hijos reciban la enseñanza en castellano”. Para que luego digan que Bauzá no pinta nada en el PP.
Entre las ideas más desgranadas del programa de 167 páginas (el más corto entre los cuatro grandes partidos) está la propuesta de “unir España y a los españoles”. ¿Y Balears? Tirando, aunque en el programa del PP está casi ausente. La primera y única vez que se refieren a las islas es en la página 21, en un punto dedicado a sociedad digital en “Baleares” (enunciadas desde Madrid, es decir, en castellano). La propuesta es promover “un plan de islas inteligentes para mejorar los servicios, facilitar la movilidad urbana y mejorar el respeto al medio ambiente”. No adjuntan traducción, ni inversión en euros. El Gobierno que menos ha invertido en las islas sigue fiel a su tónica y en infraestructuras promete “extender el tren de alta velocidad”. De vuelos insulares o transporte de mercancías en las islas, nada. Hablan de la insularidad, sí, pero para anunciar “políticas que permitan a los residentes en territorios no peninsulares la movilidad en condiciones de igualdad con el resto de los españoles”. Tampoco hay traducción, ni inversión en euros, por lo que cabría colegir que, con lo de “igualdad”, quieren decir que harán un AVE a la península.
PSOE: Vuelos y transporte, las únicas referencias
En el programa del PSOE el nombre de Balears sale en tantas ocasiones como el de Calatayud (un pueblo de Zaragoza): exactamente una vez en 274 páginas. En un documento que incluye un plan de tres puntos para “impulsar la industria del videojuego” le dedican siete líneas de la página 166 a la reforma del sistema de financiación autonómica. En ese párrafo no dice nada de Balears, claro, ni de sus reivindicaciones. Solo hay una alusión vaga a que todos los ciudadanos de España tendrán los mismos servicios sanitarios y educativos, como dicen PP y Ciudadanos también. Los detalles y todas sus variaciones regionales los concreta luego el candidato Pedro Sánchez en cada mitin. El programa tiene sitio para ideas como hacer sorteos de Lotería en beneficio del cine, y una rebaja del IVA a las películas y el teatro, pero no al turismo. El sector turístico tiene página y medida en el programa: no hay ni una mención a Balears, ni a sus destinos, ni a sus obras pendientes, ni a sus conexiones. Y mientras la comunidad disgrega su promoción y especializa sus marcas por islas, ante la certeza de que cada una tiene su propio mercado, el PSOE propone “homogeneizar” las marcas españolas. Que hay muchas.
Aunque en general Pedro Sánchez habla de descentralizar. Un ejemplo, el Senado estará más cerca de Mallorca, dicen (sin citar a Mallorca, claro), aunque seguirá a un mar de distancia: si el PSOE gana, la Cámara se irá a la otra metrópolis española, Barcelona. La única alusión expresa a las islas aparece en el capítulo de movilidad. Es un párrafo en el que prometen “medidas para compensar los costes derivados de la insularidad, favoreciendo el derecho a la movilidad de los ciudadanos de Balears y Canarias, fomentando el incremento de rutas marítimas y aéreas. Se podrá favorecer también la aplicación de tarifas planas en vuelos interinsulares”, todo para que valga una redundancia: “reforzar la cohesión territorial de los territorios insulares”.
Ciudadanos: Proponen un TIL y olvidan el petróleo
Ciudadanos es, tras Podemos, el partido nacional que más veces habla de las islas en su programa. Lo hace exactamente en dos ocasiones: una es para decir que no suprimirá los consells insulares y la otra para garantizar que no se cargarán el Régimen Especial para Balears, que, por cierto, no existe. ¿Dice algo de prospecciones en sus 334 páginas de programa? Pues lo mismo que PP, Podemos y PSOE: nada. Coinciden con PP y PSOE en su propuesta de financiación autonómica, igualdad de servicios de todos los ciudadanos de todas las regiones, dicen. Y a otra cosa que el tema es polémico y resta votos. Tampoco les preocupan a los Ciudadanos de Rivera gran cosa la insularidad y las conexiones: hablan de infraestructuras y transportes en 18 de sus 334 páginas de programa, pero no hacen ni una sola mención ni a la conectividad aérea, ni a la carestía del transporte de mercancías que lastra a la economía de las islas, ni a los vuelos interinsulares. Sí tienen sitio en su programa de infraestructuras para prometer la construcción de aparcamientos en las afueras de las grandes capitales de la península.
También aparecen en sus propuestas ideas que afectarán a las islas, pero sin citarlas. Por ejemplo, quieren fusionar ayuntamientos. Y tienen en su capítulo educativo una idea que encantará al expresident del PP y de Balears José Ramón Bauzá: Albert Rivera y los suyos defienden una especie de TIL, una educación trilingüe que permita que en “todas las escuelas se eduque en dos idiomas (español e inglés) o en tres (lengua autonómica, español, o inglés)”. Al turismo le dedican dos páginas: hablan de potenciar la calidad, aumentar la promoción digital y mejorar la competitividad. Nada que no se lleve veinte años debatiendo en Balears. Menos aún dicen del IVA turístico, que no baja ni en sus promesas. Aunque como el PSOE, en Ciudadanos también tienen un plan para la industria del videojuego.
Podemos: Sa Nostra, nacionalizada para ser banco público
Podemos logra en Balears cuadrar su círculo: se comprometen igual de poco con las islas que PP, PSOE y Ciudadanos, solo que dedicando un capítulo a la comunidad y citándola más que nadie. Gracias a ello, y a la repetición del nombre de Balears 9 veces en una de sus 327 páginas (la 241), la formación de Pablo Iglesias destaca como la propuesta nacional que más caso hace a Balears. También es la más concreta en su contrato de obligado cumplimiento con los ciudadanos, como dicen entender el programa en el partido que lidera las encuestas entre las opciones de izquierda en las islas.
Podemos dedica a la comunidad dos puntos específicos, con seis promesas. La primera es la más repetida en los mítines por los otros tres partidos nacionales, y con el mismo nivel de concreción: ninguno. Se trata de mejorar la financiación, en línea con otras dos ideas, igual de indefinidas en euros: un programa de inversiones para Balears, y la creación de un “régimen específico”. Lo último seguro que les suena: hace veinte años que lo prometen los de siempre.
Los de Iglesias se acuerdan de la declaración de interés público de los vuelos interislas (“y con la península”, añade Podemos), una propuesta que de puro repetida por casi todos parece condenada a aprobarse. Y como PP, PSOE y Ciudadanos, en Podemos se olvidan en el programa de la promesa que repiten en los mítines: parar las prospecciones. Hay sitio para el fracking en Cantabria (punto 284) y para la salvación del lince y el lobo (287), pero no aluden a la búsqueda de petróleo en el Mediterráneo ni en la promesa de combatir los vertidos (punto 302).
Pero lo que más llama la atención del programa es que alude a la “nacionalización” de lo que quedó de Sa Nostra, después de que se la tragase BMN, banco rescatado por el Estado. Quieren usar BMN y Bankia para crear “una potente y eficaz banca pública”, con la que financiar pequeñas empresas. Aquí y en la península.
Més: Como Podemos, pero pensado desde Balears
En Més son el hermano pequeño y catalanobalear de Podemos, el partido con el que negociaron presentarse en las islas hasta pocos días antes del cierre de candidaturas. No lo hicieron, y ahora las encuestas dan a Podemos dos diputados baleares, pero dejan a Més lejos de romper la historia y lograr su primer representante en Cortes con un programa que en materia de educación, sanidad, economía, pensiones, lucha contra la corrupción, transparencia, medio ambiente, igualdad o tributos es esencialmente igual al de la candidatura de Pablo Iglesias. Como Podemos, en Més son “republicanos”, “laicos”, y fervientes defensores de la lengua catalana, igual que el jefe de campaña de Podemos, Iñigo Errejón, que nació en Madrid pero da mítines en catalán. La diferencia entre ambas formaciones viene del alma del programa, del lugar de cocinado, que lo condiciona todo. Un dato lo explica: el programa de Més cita Balears y las islas en 83 ocasiones, es decir, cuatro veces más que los cuatro grandes partidos nacionales juntos. Y algo parecido le pasa a la propuesta de El Pi, con la que Més comparte una idea graciosa: ambas candidaturas son “la única” nacida en Balears y para Balears.
El resultado es que el punto de partida y llegada de las propuestas es Balears. Plantean por ejemplo que haya incentivos fiscales para los establecimientos turísticos que alarguen temporada. O que en la comunidad se pague un IVA reducido (algo parecido al modelo canario) y que las islas aporten como mucho un 4% de sus recursos fiscales, un poco más de lo que le correspondería por el tamaño de su economía, y no el 14% que se entrega ahora al Estado.
La otra diferencia con el resto es que, como El Pi, en la candidatura que lidera para Més Toni Verger sí ponen en el programa lo que dicen en los mítines: lucha contra las prospecciones, gestión de los aeropuertos, o una tarifa plana para volar entre islas.
El Pi: Contra las políticas recentralizadoras del PP
Como Més, en El Pi dicen que son la única opción concebida para defender ante todo los intereses baleares. Y como Més, en la candidatura liderada por Jaume Font contraponen su programa al servicio de las islas con el resultado de una legislatura Rajoy “caracterizada por políticas recentralizadoras y autoritarias, contrarias a las demandas de los ciudadanos de Balears”. Balears es de hecho la palabra más repetida en las 47 páginas de programa, algo que extraña poco en un partido que celebró su congreso nacional en Lloseta. Así que lo raro sería que hablasen de Gibraltar.
Propugnan mejorar la financiación con un concierto económico y reclaman que se condone la deuda con el Estado, al tiempo que se recuperan las inversiones estatutarias que Rajoy decidió no pagar. También proponen potenciar una economía al servicio de la empresa más común en Mallorca (la pequeña), y prometen “acabar con la insularidad”. ¿Cómo se acaba con la insularidad de una isla? Pues parece un imposible físico, salvo hundimiento en el mar o traslación a tierra, pero El Pi se refiere a ideas como que Balears participe en la gestión de sus puertos y aeropuertos, a que se promuevan vuelos entre islas por una tarifa plana de 30 euros, o a que el 50% de residente se le dé a todos los que viajan a la isla en temporada baja (sean o no residentes).
¿Y fuera de la islas, en política nacional, qué proponen? Pues algo así como una carta a los reyes magos: mejorar la sanidad y la educación, reforzar la atención a los dependientes, reducir la desigualdad y la pobreza, lograr “el pleno empleo” o aumentar el permiso de maternidad. Y todo ello combinado con una bajada de impuestos, pese al aumento de gastos inherente a todas las propuestas citadas. Del descuadre no habla un partido que dice defender el “liberalismo económico de base”.
