­Todos los partidos políticos tienen la mirada puesta en Andalucía, donde se disputarán 61 de los 350 escaños del Congreso el próximo 20 de diciembre, lo que ha provocado que desde semanas antes del arranque oficial de la campaña electoral hayan desembarcado sus líderes en esta comunidad.

Las dos grandes formaciones han escogido además Andalucía para el ´pistoletazo de salida´ de la campaña propiamente dicha, que el presidente del Gobierno y candidato a la reelección, Mariano Rajoy, dará en Málaga, donde estará también la presidenta andaluza, Susana Díaz, aunque sin el líder y candidato del PSOE, Pedro Sánchez.

Los resultados en esta comunidad serán decisivos no sólo para alcanzar la Moncloa, sino en el caso del PSOE andaluz para el afianzamiento de su líder, Susana Díaz, que, de volver a ganar, encadenaría la cuarta victoria electoral consecutiva tras vencer en las europeas, las autonómicas y las municipales, lo que la reforzaría aún más internamente, especialmente si Sánchez no lograra aupar a su partido al primer puesto.

En las anteriores elecciones generales de 2011, el PP ganó en Andalucía con 33 escaños frente a 25 del PSOE y 2 de IU, unos resultados que contribuyeron a que los populares gobernaran en España con una holgada mayoría absoluta. Tanto el PSOE como el PP presentan unas listas muy renovadas en Andalucía, en las que no figuran dirigentes históricos como Alfonso Guerra, a quien sustituye Antonio Pradas, el hombre fuerte de Susana Díaz en Ferraz, mientras que en el caso del PP el exalcalde de Sevilla Juan Ignacio Zoido toma el relevo al ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro.

Además, los alcaldes populares de Almería, Luis Rogelio Rodríguez-Comendador, y Jaén, José Enrique Fernández de Moya, han dejado sus cargos para incorporarse a las listas del Congreso, al igual que el portavoz del PP en el Parlamento andaluz, el granadino Carlos Rojas, mientras que el expresidente del PP-A Javier Arenas seguirá como senador en representación de la comunidad autónoma.

Los socialistas andaluces están convencidos de que la ´remontada´ del PSOE llegará gracias a Andalucía pese a la irrupción de los partidos emergentes, que son igualmente conscientes de lo que se juegan en esta región, como demuestran las agendas de campaña, en las que Andalucía figura como destino prioritario de sus candidatos a la Moncloa.

Los líderes de los dos grandes partidos han protagonizado ya varios actos en Andalucía y hasta han llegado a coincidir, a escasos kilómetros de distancia, en alguna jornada, como el pasado 23 de noviembre, cuando Rajoy visitó Tomares (Sevilla) mientras Sánchez recorría la provincia de Huelva.

Rajoy abrirá oficialmente la campaña del PP en Málaga y, aunque aún no está definitivamente cerrada su agenda de campaña, está previsto que protagonice varios actos más en Andalucía. Por su parte, Sánchez, que ha participado ya en varios actos en Andalucía compartiendo escenario en algunos con Díaz, volverá a coincidir con la presidenta de la Junta en campaña, periodo en el que han decidido aparcar sus diferencias.

Díaz se dejará ver también con los expresidentes del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero, que le acompañará el día 9 en un acto en Granada, y Felipe González, con quien cerrará la campaña en la capital andaluza, el gran ´granero de votos´ de los socialistas, al tiempo que protagonizará sendos actos en Barcelona y otro en la Comunidad Valenciana.

También el líder de Ciudadanos, Albert Rivera, se volcará en Andalucía con sendas visitas a Cádiz y Sevilla el 8 de diciembre y a Granada y Málaga el día 9. Ciudadanos, formación que facilitó la investidura de Susana Díaz como presidenta de la Junta, espera conseguir representación en las ocho provincias andaluzas.

Tensión en Podemos y el PSOE

Por su parte, el candidato de Podemos a la Presidencia del Gobierno, Pablo Iglesias, participará junto a los principales dirigentes andaluces y nacionales de la formación en un gran mitin en Sevilla el 17 de diciembre. Previamente, Iglesias coincidirá en Cádiz con la secretaria general de Podemos Andalucía, Teresa Rodríguez. Del mismo modo que ocurre con Díaz y Sánchez, Rodríguez e Iglesias procurarán aparcar durante la campaña sus diferencias, que se acrecentaron con motivo de la elaboración de las candidaturas.