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Sanidad

Todos con Víctor

Dialogante, cercano, transparente, franco... Son los adjetivos que sus subordinados dedican al gerente de Son Espases - Reclaman que siga al frente tras el 24-M

Víctor Ribot, director gerente de Son Espases.

Pocas veces una persona suscita tantos elogios y de forma tan unánime como Víctor Ribot, director gerente de Son Espases. Y eso que cuando el conseller Martí Sansaloni lo eligió para dirigir el hospital de referencia de esta comunidad en diciembre de 2012, nadie daba un duro por él. Dos años y medio después, los 44 jefes de servicio del hospital universitario firmaron una misiva elogiando su labor y pidiendo que continuara en el cargo tras las elecciones del pasado domingo con independencia de qué formaciones puedan formar gobierno o los pactos postelectorales que se alcancen.

DIARIO de MALLORCA ha contactado con algunos de los más significativos jefes clínicos de Son Espases para conocer más en profundidad los motivos de este apoyo sin fisuras a un farmacéutico de formación y profesión que ha pasado de gestionar una farmacia con dos empleados a gobernar el trasatlántico de la sanidad balear, una nave zarandeada por la crisis económica con más de 4.500 trabajadores a bordo.

"Nos ha sorprendido a todos porque no tenía ninguna experiencia en la gestión de un hospital de estas características y, en plena crisis económica, ha sabido organizarlo centrándose en dos objetivos: atender de la mejor manera posible a los pacientes y velar por los intereses del hospital. Y todo ello sin dejarse influenciar por presiones políticas ni de grupos", opinó Jordi Forteza-Rey, jefe de Medicina Interna.

Presiones políticas

Este especialista añadió que pese a que la elección de los jefes de servicio se realiza por el procedimiento de libre designación -a dedo- desde hace ocho años, Ribot permitió que todos los postulantes a un puesto se presentaran a él y solo se decantaba por uno de ellos tras asesorarse con un tribunal de expertos cuyas recomendaciones no son vinculantes. "Y me consta que ha recibido presiones políticas para nombrar a determinadas personas que ha desoído", sostuvo el internista, que también alabó el esfuerzo de Ribot para evitar que la crisis provocara una descapitalización de profesionales de Son Espases, en particular evitando la salida de cirujanos cardiacos y neurocirujanos. "En 28 años no había visto nada igual", concluía Forteza-Rey abogando de nuevo por su continuidad al frente del hospital por encima de otras consideraciones políticas y recalcando esta petición con una máxima: "Los míos son los buenos".

Julio Velasco, responsable del servicio de medicina intensiva, hablaba de una "persona fundamental, conciliadora, que sabe escuchar los problemas que le plantean los trabajadores que están a su cargo, dialogante... Cuando duda sobre algo, recurre a la opinión del especialista que sabe. Un gerente con autoridad pero con un talante dialogante", resumió.

"Este hospital está despegando ahora después de tres o cuatro años muy difíciles. Y él ha sido la persona que ha liderado todo este proceso. Y pensamos que necesita cuatro años más al frente para culminar su trabajo, para que este hospital universitario despegue del todo. Necesitamos seguir trabajando con él", lanzó su petición Velasco cuando todavía era una incógnita qué formación política recogería este guante tras los próximos comicios autonómicos.

"Es una persona muy comunicativa y transparente. Ha mantenido de forma periódica reuniones con los jefes de servicio para explicarnos las motivaciones de sus decisiones. Y siempre ha primado el interés del hospital antes que el político en cuanto a los nombramientos y ascensos", glosaba Olga Delgado, jefa del servicio de farmacia del hospital de referencia .

"Educado y comunicativo, a la par que una persona muy franca. Queríamos estabilidad y nos la ha dado. Ha mantenido un diálogo constante con todo el mundo, dando explicaciones que nadie le había reclamado. Al principio carecía de experiencia personal, pero siempre ha mostrado un talante que le da mucho valor", concluía la responsable de la farmacia hospitalaria.

Su compañera Claudia Marhuenda, jefa del servicio de cirugía pediátrica, no se quedó atrás con los elogios hacia Víctor Ribot. "A mi me ha apoyado mucho con la unidad de urología pediátrica y ha sido el único gerente que ha estado encima de este asunto. Pese a que le ha tocado vivir una época durísima, siempre ha hecho lo que estaba en su mano para ayudarnos, incluso con la compra de material y suministros".

La jefa de los cirujanos infantiles rompía una lanza en favor de la continuidad de Ribot tras el 24-M, y no solo porque se trate de una persona muy válida para el cargo sino porque, para Marhuenda, "la alternancia electoral en estos puestos de gestión es un error tremendo. Yo llegué aquí en el año 2010 y ya he visto desfilar a tres gerentes. Solo de pensar que tras las comicios tendré que explicar todo otra vez al nuevo responsable... ¡Qué pereza!".

Joan Besalduch, jefe de hematología, ha tratado desde el año 1987 con diez o doce gerentes diferentes, ya ha perdido la cuenta, y Ribot le ha sorprendido en esta etapa final de su periplo profesional. "Siempre ha escuchado a sus subalternos. Y cuando le argumentas con datos los motivos para mejorar un servicio, siempre ha encontrado los medios, aún en contra de la opinión de sus superiores. Ha conseguido que todos trabajemos al unísono para conseguir atender bien a los pacientes pese a los recortes", elogió Besalduch antes de defender como Marhuenda su continuidad porque "ha demostrado que es apolítico y porque un nuevo responsable tardará 4 meses en enterarse de qué va la película. Y siempre que sea espabilado. Ribot se ha puesto al día muy rápidamente, quizá porque se ha sabido rodear de gente muy válida".

Un traslado menos accidentado

"Cuenta con el apoyo no solo de los médicos, sino también de enfermería. Ojalá hubiera llegado hace 4 años. El traslado desde Son Dureta nos hubiera ido mejor con él", concluía Besalduch.

Joan Figuerola, jefe del servicio de pediatría, defendía que Ribot "ha sido un gerente muy próximo que intenta resolver los problemas, muy amable, da gusto trabajar con él". Por eso se soliviantaba al defender que unas elecciones no tendrían que propiciar un cambio en una gerencia que está funcionando bien, de la misma manera que no hay que esperar a las urnas para hacer cambios en una que lo está haciendo mal.

Oriol Bonnín, jefe del servicio de cirugía cardiaca famoso por no tener pelos en la lengua, sostenía que Ribot se ha implicado mucho con Son Espases. "Y siempre ha hecho cosas para mejorarlo aunque haya tenido que desobedecer órdenes de más arriba, eso me consta", puntualizaba el cirujano.

"Siempre ha estado muy cerca del personal y ha sido justo a la hora de tomar decisiones, sin plegarse ni a los intereses de sus amistades ni a los de los diferentes grupos. Esto explicaría la unanimidad en la firma de la misiva el pasado 8 de mayo, un acto que todos hicimos sin presiones. Si un gerente favorece a alguien, no se da este consenso. Cuando hay prebendas, se nota", recalcó. La persona que ha tenido los corazones de muchos mallorquines en sus manos concluía elogiando su capacidad de diálogo -"no ha sido una persona encerrada en su despacho"- y su agilidad a la hora de resolver los problemas: "Eso sí que me ha sorprendido. Daba soluciones muy rápidas. No parecía que estábamos trabajando en un hospital público", acabó con humor.

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