Está de moda en los últimos años la palabra influencer. ¿Os consideráis los influencers de las tiendas de ropa de la isla?

Sergio Gamisans: Para nada. Nosotros nacimos y crecimos alrededor de la idea de "no hacemos clientes, hacemos amigos" y eso hacemos cada día. Creemos que nos define perfectamente, ejemplifica como trabajamos en Maricastaña. Intentamos ser simpáticos, divertidos, originales y creativos. Somos de la generación que cree que uno debe disfrutar de su profesión, ser feliz haciendo lo que hace. Por ello apostamos por este proyecto, creamos un local distinto y hecho para personas como nosotros, con ropa colorida, divertida, original y única. A partir de ahí y con el empuje de las redes sociales todo salió adelante. Eso sí, luchando mucho cada día.

Vicky Pinar: En la era digital en la que vivimos no te puedes quedar parado, debes generar visibilidad para conseguir triunfar. Nosotros trabajamos en un sector donde existe una enorme competencia. Zara, H&M, Springfield, Pull & Bear, etc. Grandes cadenas con unos equipos de comunicación y marketing con los que son difícil competir. Por ello intentamos valernos de las herramientas que tenemos, Facebook, Instagram o nuestra web; plataformas publicas y gratuitas donde podemos mostrarle al público nuestros productos. Les mostramos como somos. Al parecer nuestra transparencia les gusta y nos han situado en este momento tan bonito.

Pero está claro que a día de hoy sois una de las tiendas mallorquinas referentes en el sector ¿Tenéis alguna estrategia de comunicación y marketing?

S.G.: Va a parecer gracioso, pero en ningún momento nos sentamos y trazamos un plan. Simplemente vimos que a la gente le gustaba cuando veía una foto de Vicky probándose un vestido o haciendo un video con nuestros productos. Al parecer la alegría y la naturalidad que desprende en cada publicación a la gente le fascina. A partir de ahí apostamos por realizar los denominados Instahistories, Boomerangs y subir fotografías al natural (sin retocar). Después esto lo trasladamos al Facebook y parece que también gustó. Respecto a la web, la estrategia sí que es diferente, la utilizamos como una simple herramienta de venta, muy similar a las plataformas de venta de ropa online como por ejemplo Asos.

V.P.: A veces das con la tecla sin quererlo y consigues atraer al público. Me acuerdo que todo nació a partir de los videos que hacíamos en Instagram, con el efecto Boomerang. Si no me equivoco fuimos de las primeras tiendas que los utilizamos, empezamos a crecer en las redes sociales gracias a los videos, la gente venía para conocernos y ver nuestra manera diferente de entender la moda, Podríamos decir que a partir de estos videos desarrollamos nuestra comunicación. La originalidad y la innovación han sido los puntales más fuertes.

El camino hasta la cima, ¿ha sido tan fácil como parece?

V.P.: Ha sido y es un camino muy sacrificado. Yo no creo que ya hayamos tocado techo, todavía nos queda mucho crecimiento. Pero si es cierto que el camino hasta aquí no ha sido nada fácil. Nos hemos caído muchas veces, hemos cometido errores. Hay que recordar que nosotros apostamos por marcas a priori desconocidas para la mayoría del público y eso acarrea un gran riesgo.

S.G.: Lo peor son los inicios, en la vida había tenido que rellenar tanto papeleo. Es cierto que te encuentras con multitud de ayudas a jóvenes y que hay patronales como PIMEM que te apoyan, pero cuando ves que las instituciones gubernamentales te piden tantos requisitos para solicitar una ayuda, te derrumbas. Había días que notábamos que perdíamos el tiempo, Si echas la vista atrás te das cuenta de que ha sido un camino largo, en el que hemos dedicado muchas horas.

Maricastaña tiene toques de tienda retro, algo que está muy de moda, pero luego la realidad es muy distinta ya que parece que evoluciona hacia la digitalización ¿Es así?

S.G.: Internet es la mayor escaparate del mundo. Evolucionamos hacia la venta online pero apostamos por mantener el formato presencial porque nos damos cuenta que lo que realmente vende es nuestra forma de tratar al cliente. Cuando un cliente llega a la tienda procuramos que se sienta como en casa, ofreciéndole nuestra mejor versión.

V.P.: Es verdad que como utilizamos muchas herramientas digitales la gente se piensa que Maricastaña crecerá hasta convertirse en una tienda online, pero como dice Sergio, la tienda es lo que es, por el trato al público.

¿Creéis que Maricastaña ha generado una dependencia en su público, que hay personas que esperan vuestra publicaciones? De ser así, ¿os genera mucha presión?

V: Disfrutamos mucho de nuestro trabajo en la tienda y en las redes sociales, cada día nos levantamos pensando que vamos a publicar hoy, nos preguntamos ¿cómo nos sentimos hoy?. Está claro que hay una influencia de la moda del momento, pero sobre todo es intentar expresar con la ropa como nos sentimos. A partir de ahí dejamos que la imaginación haga el resto. Las imágenes y videos que hacemos nos definen y eso parece que a la gente le gusta. No creo que generemos una gran dependencia en el público, pero si es verdad que durante este mes que hemos estado de vacaciones, hemos visto que a Maricastaña la querían y la añoraban muchísimos seguidores. Si hay una presión es por no defraudarles.

P: Está claro que el mundo virtual os ha dado mucho pero ¿es siempre todo tan bueno?

V: Como todo en esta vida, hay cosas positivas y negativas. A mi parecer pesan más las positivas. Antes que con los hechos negativos prefiero quedarme con anécdotas extrañas y graciosas.

P: ¿A qué tipo de anécdotas extrañas os referís?

S: Nos extraña que a veces veamos como utilizan nuestros mismos HASTAGS, nuestra forma de expresarnos en las publicaciones, Son momentos extraños pero también graciosos. Nos han llegado a preguntar que tipo de producto se ponía Vicky en el pelo que creemos que es una pregunta mas enfocada a un perfil de influencer no a un perfil de tienda.