- ¿Es el Brexit bueno para Mallorca?

-Esa es una de las cuestiones que habrá que ver con el tiempo. En el corto plazo se podría deducir que si en Reino Unido hay una caída de la actividad económica, por lo que la capacidad adquisitiva de los turistas británicos disminuirá, no. Eso supone que de manera indirecta para Mallorca y las Balears, al tener un claro componente económico basado en el turismo, podría verse afectada.

- ¿Pese a ser el destino estrella del Mediterráneo?

-A ver, también es cierto que hemos visto los resultados turísticos de la última campaña en Balears, que han sido de récord tanto en turistas británicos como en gasto. Por otro lado, cuando hablas con personas del sector parece que no tienen tanto miedo al Brexit, aunque otros sí piensan que podrían verse afectados.

-¿Y qué turismo podría verse más afectado, el de lujo o el de Punta Ballena?

-Todo dependerá. Si al final es el sector turístico de lujo el que se ve afectado, pero en Balears se busca un turismo más low cost, pues lo podrán compensar. Lo cierto es que también dependerá de qué modelo de turismo británico se quiere para las islas: el de cerveza, sol y playa, el de Punta Ballena como tú dices, o un segmento más elevado.

-¿Cómo le afectará el Brexit a los residentes británicos que hay en las islas?

-Se podría producir una menor afluencia de británicos. Los típicos pensionistas o jubilados que residen aquí se podrían ver afectados ya que van a tener una caída en su renta disponible. Pero en cualquier caso es muy importante diferenciar los efectos que el Brexit tendrá en el corto plazo y el que tendrá a más años vista.

-Viendo cómo se está desarrollando la salida de Reino Unido de la UE, ¿estamos ante un choque de trenes?

-Más que un choque de trenes, es que uno de los vagones se quiere desenganchar. Y una vez que se desenganchen estamos todos a la espera de ver cuáles pueden ser los potenciales efectos, porque hay que ver cual es la relación que quedará. También hay que tener en cuenta qué papel jugará Trump en EE UU, que entra también en la ecuación, aunque parece que el Brexit le parece algo positivo. Pero hay una serie de cuestiones que deben despejarse y que sí podrían asemejarse a un choque de trenes.

-¿Habrá entonces un hard Brexit, una separación dura?

-Ahora mismo es lo que se está planteando. Si es así, habrá que ver qué implicaciones tendrá en el futuro de las relaciones comerciales, financieras y de todo tipo entre Europa y el Reino Unido.

-¿Quién perderá más en su opinión: Gran Bretaña o la Unión Europea?

-Por la información de que disponemos hoy en día y con los análisis que se pueden hacer ahora mismo, todo apunta a que la gran perdedora será Gran Bretaña. Ahora bien, hay una cuestión a tener en cuenta cuando se hacen estos análisis de carácter macroeconómico, y es saber qué va a suceder en la Unión Europea después de que el Reino Unido se marche formalmente.

-¿Y qué puede suceder con la UE?

-La UE podría salir reforzada como un mecanismo defensivo, o podría quedar herida de muerte porque se va a cuestionar la viabilidad del modelo europeo. En el corto plazo podríamos considerar que Gran Bretaña será quien sufra los elementos más negativos para su actividad económica, pero en el largo plazo hay que plantearse qué sucederá con la UE.

-¿Se podría aplicar el mismo razonamiento al conjunto de España?

-Es muy parecido. Hay compañías que tienen intereses en Reino Unido como Telefónica, el Santander o el Banco Sabadell que tendrán un impacto directo. Simplemente cogiendo el movimiento de la libra, vemos que se ha depreciado un 10% aproximadamente llegando a picos del 20%. Eso ya es negativo.

- Muchas multinacionales como Starbucks, Vodafone o PlayStation tienen su cuartel general para Europa en Londres. ¿Podrían relocalizar sus sedes centrales?

-Hay que ver si están allí localizadas por el pasaporte único europeo o por las ventajas financieras. Está claro que se van a ver muy afectadas, y si están radicadas en Reino Unido por temas fiscales, porque la legislación de ese país les favorece, pues a lo mejor no les afecta tanto. Ya ha habido muchas compañías que de una manera digamos que velada, han dicho que si el Reino Unido se va de la UE tendrán que plantearse la relocalización de esos cuarteles generales porque cambia mucho el contexto de estar en un mercado único a estar en uno de un país que se queda aislado de su principal socio económico, que es la Unión Europea.

- ¿Qué piensa que ocurrirá con la City, el centro financiero del continente?

-Será interesante ver lo que pasa con todos esos bancos que, hasta ahora estaban con pasaporte europeo y con una legislación muy favorable. Habrá que ver si también se quieren relocalizar en algún país europeo o si preferirán buscar uno no europeo que a lo mejor les da más ventajas fiscales o de regulación.

-¿Ve usted alguna ciudad como firme candidata para sustituir a Londres como centro financiero?

- Predecir eso es un ejercicio de clarividencia. Se ha hablado de Frankfurt, de Dublín, de París, de Madrid... Pero eso todavía está por ver. Hay que ver quién hace la mejor apuesta. Hay ciudades que se postulan porque tienen infraestructuras y porque son baratas, otras porque tienen una mejor regulación fiscal. Es difícil. Cada una tiene sus ventajas.

-¿Qué ventajas son esas?

-Pues Frankfurt ya es un gran centro financiero a día de hoy. París es una ciudad con mucha relevancia. Madrid podría verse favorecida por sus infraestructuras y porque hay mucho suelo disponible. De todas maneras luego oyes declaraciones como las del embajador inglés que decía que en ningún caso se trasladarían a otra ciudad europea. Que antes se irían a Singapur o Hong Kong.

- Una vez el Reino Unido convoque el artículo 50 del tratado, tienen dos años para salir de la Unión. ¿Dará tiempo?

-Son dos año prorrogables. Y ya se contempla la posibilidad de que se puedan ampliar esos dos años. Tal y como van las cosas, en dos años es imposible que se haga. El único precedente que existe de un acuerdo comercial similar, con un país del G8 que haya firmado la Unión Europea, es el tratado firmado recientemente con Canadá. Y se han tardado cinco años en las negociaciones comerciales más dos años de revisiones legales. Creo que el plazo será mucho mayor.

- ¿Sería posible un acuerdo en el que se dejara libertad de tránsito de personas o capitales?

-El mercado único tiene tres pilares básicos, o cuatro según se mire. Estos son personas, bienes y servicios -que pueden ser una o dos-, y capitales. Lo que no vale es unas sí y otras no. Desde Bruselas se está diciendo que o se coge el paquete completo o se está fuera. No puede haber una Unión Europea a la carta.

- ¿Intentará Gran Bretaña llegar a algún tipo de acuerdo especial con EE UU para paliar la salida de la UE?

-Estados Unidos ha sido tradicionalmente el gran aliado de Gran Bretaña y siempre han tenido una relación muy próxima por lo que es probable que una de las salidas sea esa, aunque haya un océano de por medio. Y luego Reino Unido, aunque no esté en su mejor momento, tiene la Commonwealth, con países como Canadá, que fue una antigua colonia. Todo apunta a que tendrán que buscarse socios y acuerdos que compensen el comercio que van a perder con Europa. Aunque estén mucho más lejos.

- ¿Podría algún país de la UE firmar un acuerdo con Gran Bretaña por su cuenta?

-Según como sea el tratado del Brexit. Desde luego si Reino Unido se convierte en un tercer país respecto a la UE, ningún país puede firmar ningún tratado unilateralmente.