Nos levantábamos el pasado 24 de junio después de la verbena de San Juan y de la histórica decisión de Reino Unido de abandonar la nave de la Unión Europea (UE) y las reacciones inmediatas fueron de incredulidad, sorpresa y bajadas formidables de las bolsas.

Parecía que la nave de la UE que tan cerca estuvo de naufragar en 2012 y que la salvó in extremis la firme maniobra verbal de su capitán Draghi (aquello del "haré todo lo que sea necesario"€), después del Brexit sí que entraba en aguas desconocidas y con una alta probabilidad de perder el rumbo definitivamente. Recordemos que nunca antes un miembro de pleno derecho del grupo de los 28 había presentado su renuncia formal.

A medio año de estos cruciales eventos la economía británica sigue mostrando un dinamismo razonable y sus ex socios comunitarios continúan su lenta pero progresiva recuperación. Si observamos el termómetro, no siempre cien por cien fiable, de los mercados financieros nos daremos cuenta que en el momento de escribir este artículo el principal índice bursátil británico (FTSE 100) está un 9.51% por encima de su nivel pre-Brexit batiendo a su índice homologo europeo (EUROSTOXX 50) que ha subido un 6.32% en el mismo periodo. Parece que en este primer medio año después del Brexit la mejor parte se la han llevado los británicos.

Escenario muy diferente observamos si nos atenemos a la evolución de la libra esterlina que ha bajado contra el euro un 8.55% desde su nivel pre-brexit. La libra ha sido la gran damnificada del Brexit y a sus actuales niveles podríamos decir que cotiza con un descuento importante respecto a su valor fundamental y por tanto con un potencial de revalorización importante en el medio plazo.

A día de hoy los principales socios comerciales de las islas británicas son sus ex socios comunitarios con los que parece razonable que se reduzca el ritmo de comercio por el no libre acceso a ese mercado. ¿Y cuáles son los mercados alternativos? La alternativa natural serían los países de la Commonwealth que históricamente han sido la base del comercio británico. En 1950 un tercio de todas las exportaciones británicas tenían como destino la India. Hoy el comercio Indio con Reino Unido solo representa un 2% del total. Con el corsé de las directivas europeas el Reino Unido ha ido desatendiendo el comercio con estos países y tiene ahora la posibilidad de retomar con decisión esos viejos lazos comerciales. Ya ha viajado Theresa May con un nutrido grupo de empresarios británicos a la India sin resultados muy satisfactorios. Deberá continuar acercándose a economías como la de Singapur, Nueva Zelanda, Australia, Sudáfrica, Canadá, etc. para firmar acuerdos bilaterales de comercio ventajosos para las dos partes. Ese parece el camino, aunque no está libre de obstáculos porque Reino Unido ya no tiene el mismo liderazgo económico de antaño ni estos países carecen de un mercado interno dinámico como sucedía en el pasado que importaban una gran parte de los bienes y servicios para su economía.

*Socio ethicalsim. Director académico de ISEFI