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Intervención bancaria

No sólo fueron las cajas

La mayor crisis financiera mundial se gestó en el sector privado y el desplome de Lehman Brothers

No sólo fueron las cajas

No fue el hecho de ser cajas de ahorros lo que llevó a gran parte de estas instituciones financieras a la crisis sino que fue su condición de cajas la que les impidió salir por sus propios medios a la mayoría de ellas del quebranto de la gran "burbuja" crediticia, inmobiliaria y de deuda privada en la que incurrió el conjunto del sistema financiero.

Que el rescate directo con ayudas públicas de Estado se haya concentrado en España en este tipo de entidades durante la crisis de 2008-2014, como puso de manifiesto de nuevo el último informe del Banco de España (no ocurrió así en anteriores crisis financieras, en las que el grueso de las víctimas fueron bancos privados), revela ante todo la incapacidad jurídica, societaria y legal de las antiguas cajas de ahorros, en virtud de su naturaleza fundacional, para recapitalizarse apelando al mercado como sí hizo el grueso de la banca (en España y otros países) cuando sobrevino el desplome. Y en ausencia de vías de captación de recursos privados que fortalecieran a las cajas al no ser sociedades mercantiles, sólo quedó expedito el camino de la liquidación, la venta o la nacionalización.

Que las autoridades regulatorias (europeas y españolas) forzaran a las cajas supervivientes (incluso a aquéllas que aventajaron a la banca privada en solvencia y capitalización en las pruebas de resistencia realizadas por los supervisores) a transformarse en bancos, con la salvedad de dos pequeñas entidades de ámbito local, evidencia el reconocimiento de que lo que mató a estas entidades no fue tanto haber incurrido en errores distintos a los bancos como haberlo hecho sin disponer de los resortes de recapitalización de los que ellos (sociedades por acciones) sí tenían.

Popular

La intervención, expropiación y venta por un euro el día 7 del Banco Popular (el sexto del país), y antes la absorción de Banesto por su accionista mayoritario (Santander), así como las anexiones previas del Guipuzcoano por el Sabadell y del Pastor por el Popular, además de los rescates de una treintena de cooperativas de crédito (también de naturaleza privada) por entidades análogas evidencian que la "exuberancia irracional" española (crediticia e inmobiliaria) no fue sólo una cuestión de cajas de ahorros.

En realidad no lo fue en ningún sitio porque la mayor crisis financiera internacional desde los años 30 nació y se gestó en el sector privado, eclosionó con el desplome en septiembre de 2008 de uno de los más poderosos bancos de inversión del planeta (Lehman Brothers) y se propagó a través de los mercados interbancarios, generando una cascada de rescates de bancos privados por los gobiernos de EE UU y de muchos países de Europa. "No hay país que no haya saneado a su banca", dijo en julio de 2014 el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro.

Ayudas

Aunque las cuantificaciones difieren según las fuentes a las que se recurra, los países de la UE han destinado en torno a 800.000 millones a recapitalizar bancos, 600.000 millones a ayudas para activos dañados y 3,3 billones como garantías. Los bancos europeos rescatados suman 110, entre ellos instituciones señeras como Lloyd´s, Royal Bank of Scotland, Fortis, ING, Hypo Real State, Nothern Rock, Dexia, BNP Paribas, Commenrzbank... y el reciente de Monte Dei Paschi, entre otros. Lo mismo ocurrió en EE UU con las millonarias ayudas otorgadas por las administraciones de George Bush y Barack Obama. La patronal bancaria española (AEB) aseguró tras la crisis de Popular que sus bancos asociados no precisaron inyecciones de capital público. No las recibieron porque el Banco Central Europeo (BCE) y el Mecanismo Único de Resolución (MUR) impusieron la expropiación forzosa de los accionistas del Banco Popular (muchos de ellos, pequeños ahorradores) y quitas del 100% a los titulares de sus bonos convertibles y deuda subordinada para impedir el quebranto a los contribuyentes y a los depositantes.

En todo caso, el conjunto del sistema financiero sí recibió ayudas horizontales, caso de avales públicos y del reconocimiento de 30.000 millones en activos fiscales diferidos (DTA) respaldados por el Estado. Desde 2008 los grandes bancos españoles dotaron 300.000 millones y se recapitalizaron con 70.000 millones. En Europa la recapitalización bancaria osciló entre más de 310.000 millones, según Dealogic, y 551.000 millones, según Thompson Reuters. Si el Banco Popular aguantó hasta 2017 fue porque entre 2012 y 2016 captó 5.455 millones con tres ampliaciones de capital. De haber sido una caja, no hubiera podido hacerlas y hubiese sucumbido mucho antes como les ocurrió a muchas de ellas.

Limpieza

Parte de esas recapitalizaciones y provisiones obedecen a la elevación de las exigencias de los reguladores y otra buena parte a la cobertura de su participación en la "burbuja". De ahí también las ventas de carteras de fallidos, el pago de dividendos con acciones y las medidas de reducción de costes, caso de los recortes de oficinas y de empleo (España los lidera en la UE), entre otros ajustes que, si en parte obedecen al desafío de la digitalización y de los cambios de hábitos de la clientela, el grueso responde a necesidades de mejorar la eficiencia.

El BCE cuantificó el 23 de marzo en 921.000 millones el volumen de préstamos problemáticos que aún arrastra el sector en la Eurozona. En España se estiman en 190.000 los activos improductivos.

Culpas

De esta "exuberancia irracional" participó el conjunto del sistema. Las 45 cajas contribuyeron más que la decena de bancos porque eran más, porque estrenaban su liberalización territorial y porque estaban en plena expansión (en 2001, con Rodrigo Rato en Economía, superaron a los bancos en número de oficinas) mientras la banca seguía concentrándose tras las crisis que sufrió en 1977-1985 y en los años 90.

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