Banco Santander ha adquirido el 100% del capital social de Banco Popular por un euro. Esto significa que los accionistas de la entidad adquirida perderán el 100% de su inversión. Las acciones han sido amortizadas en la operación, por lo que pasan a valer cero. Los titulares de cuentas y de depósitos, sin embargo, no sufrirán deterioro alguno, sea cual sea el importe de sus ahorros.

Lo único que puede salvar a los accionistas es que se establezca algún mecanismo para compensarles por la última ampliación de capital, como ocurrió con la salida a Bolsa de Bankia o con el tema de las preferentes.

Las acciones del Popular cerraron ayer a un precio de 0,317 euros, con un descenso del 6,2%.

La decisión del BCE de declarar inviable al Banco Popular, que había perdido casi un 50 % de su valor en bolsa en pocas sesiones y acumulaba apenas 1.335 millones de euros en capitalización, se salda sin la necesidad de acudir a ayudas públicas, algo que han aplaudido las autoridades europeas y españolas.

No obstante, accionistas y bonistas del Popular podrán acudir a los tribunales, una eventualidad que ya ha tenido en cuenta el Santander, que podría destinar parte de su ampliación de capital de 7.000 millones de euros a cubrirse contra estas posibles contingencias.

La operación cerrada hoy supone la primera resolución (intervención y liquidación) de una entidad financiera en Europa en la que no ha sido necesaria la aportación de capital público.

La resolución de una entidad por medio de su venta es una posibilidad prevista en la directiva de recuperación y resolución bancaria que implica que las pérdidas han sido absorbidas en su totalidad por acciones y deuda subordinada.