El fabricante de vehículos alemán Volkswagen ha acordado en EEUU indemnizar con al menos 1.200 millones de dólares (1.120 millones de euros) a 78.000 propietarios de vehículos con motores diésel 3,0 litros TDI-V6 afectados por el escándalo de las emisiones.

Según informó este miércoles la compañía en un comunicado, Volkswagen se compromete a recomprar a sus dueños unos 20.000 vehículos y a reparar los restantes, asumiendo los costes, para que mantengan sus prestaciones cumpliendo con la regulación medioambiental.

Un juez debe aún validar este acuerdo extrajudicial del fabricante con los abogados de los afectados que se sumaron a la demanda civil colectiva y la Agencia de Protección Medioambiental (EPA) de EEUU debe por su parte autorizar también la propuesta de cambio técnico en los vehículos de Volkswagen.

De no aprobarse esta reparación, Volkswagen se vería obligado a recomprar todos los vehículos afectados, una operación que podría ascender a unos 4.000 millones de dólares (3.730 millones de euros).

El acuerdo afecta al modelo Touareg (2009-2012 y 2013-2016) de la marca Volkswagen, al Cayenne Diesel (2013-2016) de la casa Porsche y a los siguientes modelos de Audi Q7 (2009-2012 y 2013-2015) y A6, A7, A8, A8L y Q5 (2014-2016).

Por otra parte, la empresa alemana Bosch, proveedor de Volkswagen, informó este miércoles también, en relación al escándalo de las emisiones, de que ha llegado a un acuerdo en EE.UU. para poner fin a la mayor parte de los procesos civiles abiertos en su contra con una indemnización total de 327,5 millones de dólares (unos 304 millones de euros) para unos 554.000 afectados.

Está previsto que el 14 de febrero próximo un juez federal de San Francisco decida si aprueba estos dos acuerdos extrajudiciales.

El pasado octubre, un tribunal de San Francisco aprobó otro acuerdo extrajudicial para indemnizar en Estados Unidos a los propietarios de los casi 500.000 vehículos con motores diesel de 2 litros vendidos por VW en el país, así como a las autoridades estadounidenses.

Volkswagen admitió oficialmente este enero su culpabilidad en el fraude de los motores diésel trucados y aceptó pagar una multa de 4.300 millones de dólares a EE.UU. para cerrar definitivamente el escándalo, un capítulo que no incluía las demandas civiles de los propietarios.

El grupo alemán vendió en todo el mundo unos 9,5 millones de vehículos con un programa en el motor que detecta cuando está en un banco de pruebas y reduce las emisiones contaminantes a la atmósfera para cumplir con los criterios medioambientales. En condiciones normales, no obstante, contaminan mucho más.

La denuncia del caso, descubierto por las autoridades estadounidenses, motivó la dimisión del presidente de la junta directiva de Volkswagen Martin Winterkorn, investigaciones en distintos países, una avalancha de juicios y multas que suman ya varios miles de millones de euros.