El Banco de Inglaterra anunció hoy un recorte del 0,5 al 0,25 % de los tipos de interés en el Reino Unido, para hacer frente al impacto en la economía del voto por el "brexit" en el referéndum del 23 de junio.

También puso en marcha un plan de estímulo económico que incluye una ampliación de su programa de expansión cuantitativa en 60.000 millones de libras (71.000 millones de euros), hasta un total de 435.000 millones de libras (515.000 millones de euros).

El recorte de los tipos hasta el nuevo mínimo histórico del 0,25 % era ampliamente esperado por los mercados financieros, después de que datos recientes indicaran una contracción de sectores clave de la economía británica, lo que aumenta el riesgo de recesión.

El banco central confía en que el país eluda la recesión (que se daría si hay dos trimestres consecutivos de contracción), pero advirtió de que espera "muy poco crecimiento" en la segunda mitad del año.

Rebajó, así, sus expectativas de crecimiento del producto interior bruto (PIB) para 2017 del 2,3 %, que predijo en mayo pasado, hasta un 0,8 %, la mayor revisión a la baja desde que empezaron las predicciones en 1992.

La previsión para 2016 se mantiene invariable en el 2 %, debido al buen rendimiento de la economía británica en la primera mitad de este año, y se rebaja la perspectiva de crecimiento en 2018 del 2,3 al 1,8 %.

La entidad también prevé que el desempleo aumentará el año próximo hasta el 5,4 % y hasta un 5,6 % en 2018.

Esta es la primera vez que el Banco de Inglaterra modifica los tipos desde que los rebajó hasta el entonces mínimo histórico del 0,5 % en marzo de 2009 para hacer frente a la crisis financiera global.

En esa fecha también introdujo su programa de expansión cuantitativa para estimular el crédito con la compra de bonos públicos y privados, que quedó congelado en noviembre de 2012 con una dotación de 375.000 millones de libras (447.000 millones de euros, al cambio de hoy).

Desde entonces, tanto el precio del dinero como el plan de estímulo se habían mantenido intactos para apuntalar la recuperación económica, algo que ha cambiado hoy ante la necesidad de reforzar la economía frente a los efectos del voto de los británicos por salir de la Unión Europea (UE).