César Alierta deja la presidencia de Telefónica tras casi 16 años al frente de la compañía, a la que ha convertido en una de las operadoras más grandes del mundo, con presencia en 21 países, y pionera en dar el salto hacia la convergencia de los servicios de telecomunicaciones.

Sin "pelos en la lengua", Alierta se ha caracterizado en su última etapa por criticar duramente a las compañías que operan únicamente por internet, como, por ejemplo, Google o Facebook, a las que acusa de no invertir en el desarrollo de las redes de telecomunicaciones.

Aragonés, reservado, poco amigo de entrevistas con periodistas y de intervenciones públicas, Alierta, que inició sus pasos en el sector financiero, ha dedicado la mitad de su vida profesional a dirigir Tabacalera y Telefónica, y hoy ha anunciado que será relevado en el cargo por su delfín José María Álvarez-Pallete.

Sus más de 15 años al frente de Telefónica lo sitúan como el tercer presidente más veterano de la historia de la operadora, por detrás de sus primeros presidentes, Estanislao de Urquijo (1924-1945) y Jose Navarro (1945-1965).

Nacido en 1945, es licenciado en derecho por la Universidad de Zaragoza y Máster en Administración de Empresas por la Universidad de Columbia (Nueva York) en 1970.

Comenzó su actividad profesional como director general del área de Mercado de Capitales en el Banco Urquijo de Madrid y en los años 80 fue presidente-fundador de la sociedad Beta Capital.

Alierta llegó al mundo empresarial de la mano de José María Aznar, quien como presidente del Gobierno lo eligió para dirigir la entonces empresa pública Tabacalera, que fue privatizada bajo su mandato y a la que posteriormente fusionó con la francesa Seita, dando lugar a Altadis, que presidió hasta julio de 2000.

De su etapa en Tabacalera, arrastró un proceso en el que se le acusó de uso de información privilegiada en la compra de acciones de la compañía en 1997, juicio que se cerró en 2009 en la Audiencia Provincial que le absolvió por haber prescrito el delito.

En 1997, fue nombrado consejero de Telefónica y participó en la votación que en mayo de 2000 rechazó la adquisición de la operadora holandesa KPN, impulsada por el entonces presidente Juan Villalonga, con la oposición del Gobierno.

Precisamente, fue la pérdida de confianza en Villalonga la que llevó a César Alierta a asumir la presidencia de Telefónica en julio de 2000.

Al frente de la compañía, ha capitaneado la entrada y salida de Telefónica de diversos mercados, como, por empleo, el brasileño, o su última gran apuesta, Reino Unido, del que saldrá tras la venta de O2.

En el plano laboral, bajo su mandato, Telefónica ha abordado dos expedientes de regulación de empleo, uno de 2003 a 2007, que afectó a 13.500 trabajadores, y otro de 2011 a 2013, para 6.500. En la actualidad, la compañía ha iniciado un proceso para rejuvenecer su plantilla.

En los últimos años, la operadora ha apostado por la convergencia, un desafío con el que pretendía frenar el descenso continuado de ingresos por parte de las operadoras de telecomunicaciones.

En este sentido, el año pasado protagonizó uno de los movimientos más criticados por sus competidores, la compra de Digital+, que le ha llevado a controlar prácticamente los contenidos más golosos, como el fútbol o las series, que ahora son utilizados por las compañías para atraer a nuevos abonados con paquetes "todo en uno" -telefonía fija y móvil, internet y televisión-.

Además, en los últimos años, Alierta ha sido la cabeza visible del Consejo Empresarial para la Competitividad formado por las 17 mayores empresas españolas y que, según sus propias palabras, le tocó presidir porque su apellido empieza por "a".