El expresidente de Afinsa, Juan Antonio Cano Cuevas, ha asegurado este jueves que la empresa "no simuló jamás" una situación económica distinta a la real ni tampoco operaciones de compra-venta, y ha negado que los contratos se usaran para "maquillar las cuentas", a pesar de que en algunos documentos confidenciales internos se habla de "ingeniería contable".

Durante su declaración ante la Sección Primera de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional, Cano Cuevas ha explicado que Afinsa se constituyó a finales de los años 80 para ofrecer un servicio que "facilitara el acceso a la inversión" en valores filatélicos a personas "no expertas", a pesar de que Afinsa "no vendía sólo filatelia" aunque ése era "el elemento nuclear base" de su negocio.

Además, ha negado que los contratos de tipo CIT se usaran para "maquillar la contabilidad", que "recogía la realidad operativa" de la compañía. Sin embargo, el fiscal ha esgrimido un documento en el que se habla de "cuadrar" las cuentas y de "ingeniería contable", términos que para el expresidente de Afinsa están "muy denostados" pero que cuando se utilizaron en los informes internos "seguro no fue en el mismo sentido".

"El modelo de construcción de la contabilidad (de Afinsa) es muy complejo, con más de 12 millones de apuntes al año. Para mí la ingeniería contable no está asociada a las filigranas en el aire e inventivas propias, sino al armazón, a la estructura sólida, que sostiene en documentos oficiales las estructuras de la empresa", ha añadido. "Eso se llama contabilidad", le ha replicado el fiscal, sin querer entrar en más debate.

No son productos financieros

Durante gran parte del interrogatorio del fiscal, que se ha extendido durante casi tres horas y que continuará este viernes, Cano Cuevas ha insistido en justificar por qué la actividad de Afinsa no podía considerarse financiera, por mucho que "a efectos tributarios" sus productos sí se rigieran por ese tipo de normas.

"La compañía siempre ha tenido el sanbenito de ser comparado con los bancos, que son un mercado ajeno por completo a Afinsa. Nosotros no retribuíamos nada, sólo vendíamos y facilitábamos la venta, y en medio había una plusvalía por la diferencia de precios. Pero no estábamos retribuyendo ni captando capitales", ha defendido, insistiendo en que sus beneficios provenían de administrar sus recursos, no los de los clientes.

Es más, ha llegado a decir que si en las actas de la empresa se utilizan términos financieros como tipos de interés o plazo fijo es por el carácter "coloquial en el seno de una conversación" en la que se trataba de "verbalizar un concepto", pero que en cualquier caso son términos "imprecisos" y que "no recogen la realidad de la naturaleza de las operaciones".

Así, ha explicado que la operativa habitual era "muy rígida" y que consistía en que el cliente compraba un lote de sellos por un precio determinado y después optaba por gestionarlo por su cuenta o firmar un contrato de opción de venta a un plazo determinado, lo que obligaba a Afinsa a venderlo a un tercero o, en caso de no encontrarlo, a comprarlo para sí.

Además, el presidente ha subrayado en varias ocasiones que antes de perfeccionar los contratos lo sellos siempre estaban "a disposición del cliente" y que nunca se vendieron lotes que no estuvieran ya en manos de la empresa. "Afinsa nunca ha vendido filatelia que previamente no tuviera en sus stocks", ha insistido.

Se pagaba el anticipo de compras

Todo ello con un "anticipo de compras añadido" que suponía que la sociedad le realizaba entregas dinerarias mensuales en función del valor previsto de la venta del lote, un concepto que Cano Cuevas diferencia de las "retribuciones" de las operaciones financieras y denomina "plusvalías", en línea con los intercambios mercantiles.

De hecho, si el cliente finalmente no ejercía su opción a venta debía devolver esos anticipos, tal y como ha precisado, recordando que los clientes "se reservaban el derecho a (decidir si firmaban el contrato de venta o no) hasta el último momento", y ese proceso "sereno y relajado" se prolongaba durante "semanas o meses". "No eran ventas por impulso, tenían un periodo de venta prolongado", ha insistido.

Preguntado sobre cómo se fijaba esta revalorización de las filatelias, el expresidente ha explicado que existían dos tipos de operaciones: En unas se tenía en cuenta la revalorización del sello según los catálogos y en otras había un precio ya marcado en el contrato. Para estas últimas inversiones, la sociedad usaba "muchos factores", como la "situación de la filatelia", el funcionamiento del mercado o la "dinámica de la empresa para tratar de casar" las operaciones disponibles de compra con las de venta.

En cualquier caso, Cano Cuevas ha desvinculado los valores de venta que Afinsa fijaba de las rentabilidades financieras que se estaban pagando en cada momento, una coincidencia que el fiscal ha destacado de forma clara y que ha relacionado con la intención de la sociedad de "apelar al ahorro masivo del público". "Afinsa no se dedicaba a la captación de ahorros públicos de manera alguna", ha insistido el expresidente, recordando pronunciamientos judiciales en este sentido.

Además, ha indicado que la rentabilidad de las operaciones bancarias equivalentes "se tomaba como referencia aunque no era determinante para tomar decisiones", y ha recordado que las inversiones filatélicas se remuneraban más que las financieras pero menos que las de otros productos como la vivienda, el oro, los diamantes o las obras de arte, sin que por ello se puedan establecer paralelismos entre unos mercados y otros.

Los contratos se han cumplido "hasta el último día"

Por otra parte, Cano Cuevas ha insistido en que Afinsa no estuvo en ningún momento en "situación real de impago técnico" hasta el año 2006, cuando se tuvo que declarar en concurso a resultas de una inspección de la Agencia Tributaria cuya responsable "llegó con el perjuicio" de que se trataba de "un nuevo Gescartera" y que la empresa era de tipo financiero.

"Había aspectos que no alcanzaba o no quería comprender", ha llegado a decir, subrayando que la actividad de Afinsa fue interrumpida "a pesar de que la normativa" dejaba a la empresa "fuera del ámbito financiero" por la mera "presunción" de que realizaba "actividades de captación de ahorros públicos masivos" y "en contra del dictamen del abogado jefe" de la Agencia Tributaria y de una inspección anterior.

Con ese informe se dio inicio al proceso judicial que conllevó la declaración en concurso a pesar de que "la empresa era perfectamente solvente el día de la intervención" utilizando los criterios mercantiles de contabilidad y no los financieros, que llevaron a que tuviera que contabilizarse los compromisos de compra en el pasivo y los sellos recién vendidos en el activo con precios "infravalorados".

Once acusados

Por otra parte, los acusados que tendrán que declarar en el juicio serán finalmente en once, después de que a dos de ellos --Ramón Egurbide y Francisco Blázquez-- se les haya permitido no asistir al juicio por motivos de salud. Así, Egurbide se ha limitado a ratificar su declaración de la fase de instrucción, mientras que Blázquez ni siquiera ha hecho consideraciones de ningún tipo.

En la revisión de las cuestiones previas, el tribunal también ha acordado, a petición de la acusación particular, dictar orden de prisión previa petición de extradición a Estados Unidos para Gregory Manning, que este miércoles solicitó por fax declarar por teleconferencia "por diversos padecimientos" y que se ha ausentado del juicio sin permiso, por lo que ha sido declarado en rebeldía. Su caso se resolverá en una pieza separada por petición de la Fiscalía, que solicita para él cinco años de prisión.