El ministro de Industria, Energía y Turismo, José Manuel Soria, ha afirmado este jueves que el programa de inspección que prepara el Gobierno en coordinación con la Comisión Europea va a examinar vehículos del grupo Volkswagen, aunque ha señalado que también analizarán "otros" si así lo determina la Comisión Europea.

Así lo ha señalado en Sevilla, donde ha apuntado que, si bien, una de las primeras cosas que el Gobierno hizo cuando salió a la luz la situación de Volkswagen fue preguntar a las distintas marcas en España "si algunos de sus vehículos llevaban el software" que evitaba las regulaciones sobre emisiones de contaminantes. "A esto todas las marcas nos han respondido, sin excepciones, que ninguno lo tiene", ha subrayado el ministro de Industria, Energía y Turismo.

Volkswagen España

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El Gobierno ha remitido una carta a la Comisión Europea en la que confirma que no ha detectado "irregularidades" similares a las anunciadas por el fabricante alemán de vehículos Volkswagen, que reveló que unos 800.000 coches también alteraron sus valores de dióxido de carbono (CO2), según han confirmado fuentes comunitarias a Europa Press.

España responde así a la petición formulada por el comisario de Energía y Acción Climática, Miguel Arias Cañete, y la comisaria de Mercado Interior e Industria, Elzbieta Bienkowska, quienes en una misiva conjunta pidieron a los Veintiocho que investigaran las causas e incidencia de las últimas irregularidades asumidas por el grupo.

Las nuevas informaciones conocidas el pasado 3 de noviembre dieron un nuevo giro al conocido como 'escándalo Volksgwagen', puesto que hasta entonces la manipulación de los niveles de emisiones solo afectaba a óxidos de nitrógeno (NOx). En el caso del CO2, la Comisión Europea sí que puede establecer multas a los fabricantes que excedan el límite establecido.

El Ejecutivo comunitario elabora anualmente un informe sobre las emisiones de dióxido de carbono de los fabricantes de vehículos, que en esta ocasión ha sido detenido por las últimas revelaciones del caso. Por ello, Arias Cañete envió una carta al consejero delegado del grupo alemán, Matthias Müller, en la que pedía que clarificara en diez días qué modelos y cuántos vehículos están afectados.

La legislación comunitaria establece un tope del valor medio de emisiones de CO2 para los coches registrados en la UE, que ha ido aumentando progresivamente en los últimos años hasta el máximo de 130 gramos de CO2 por kilómetro para los modelos registrados en 2015.

En el caso de que la media de emisiones de CO2 de la flota de vehículos de un fabricante supere este valor, la multa sería de cinco euros por el primer gramo de CO2 por encima del límite, de 15 euros por el segundo gramo, de 25 euros por el tercer gramo y de 95 gramos por cada uno de los siguientes gramos de CO2 emitidos más allá de los 130 gramos. Todo esto multiplicado por la cantidad de coches de la flota en cuestión.