El presidente francés, Nicolas Sarkozy, se entrevistará hoy en Berlín con la canciller alemana, Angela Merkel, con quien diseña el armazón del nuevo tratado europeo y mantiene una polémica por sus diferencias ante la puesta en marcha de la denominada tasa Tobin sobre las transacciones financieras.

Sarkozy tiene previsto llegar a la cancillería en la capital alemana a las 11.30 locales (10.30 GMT) y conversar dos horas con Merkel.

Ambos políticos discrepan por la voluntad de París de aplicar rápido, incluso unilateralmente, el impuesto sobre las transacciones financieras.

El Gobierno francés, en un gesto con evidentes intenciones electorales, se desmarcó el pasado viernes del proceso de concertación europeo y anunció que este mismo mes tomará una decisión sobre ese mecanismo presentado anti-especulación.

El mismo Sarkozy lo justificó –"no esperaremos a que todos los demás estén de acuerdo para aplicarla"– tras haber recibido la visita del presidente del Consejo italiano, Mario Monti, que aunque apoya el principio de la tasa, pidió que se lleve a cabo en el marco europeo, con sus procedimientos y que los países "no vayan en solitario". El Ejecutivo alemán tampoco tardó en reaccionar para recordar, a través de su portavoz ese mismo día, su posición: "el objetivo es lograr la instauración de una tasa en la Unión Europea".

Otro punto de fricción entre París y Berlín es el papel que debe tener el Banco Central Europeo (BCE) para evitar que se desboque la crisis de la deuda que ha disparado los tipos de interés que tienen que pagar países como Italia y España cuya suspensión de pagos haría saltar por los aires la eurozona.

Veto británico

Por su parte, el primer ministro británico, David Cameron, dijo ayer que está dispuesto a vetar cualquier intento por establecer un impuesto a las transacciones financieras en la UE porque puede perjudicar el mercado laboral.

En declaraciones a la cadena BBC, Cameron señaló que Francia, Alemania y otros países europeos pueden fijar esta tasa dentro de sus propias fronteras, pero se opondrá si es a nivel de la UE.

Según el jefe del Gobierno británico, imponer un impuesto de este tipo –más conocido como Tobin– en toda la Unión sin que se apliquen medidas similares en otros lugares del mundo puede perjudicar el mercado laboral europeo y la prosperidad del continente. "Si los franceses quieren seguir adelante con el impuesto a las transacciones en su propio país, entonces son libres de hacerlo", afirmó el mandatario.